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Cacho Castaña, un personaje de Buenos Aires con sus luces y sombras

CULTURA Y ESPECTÁCULOS.

El artista falleció este martes a los 77, con su salud muy debilitada. Nacido en Flores, pasó por el tango, el rock y la balada, fue un ícono porteño y también quedó en medio de un escándalo por declaraciones poco felices.

 

Con la salud seriamente deteriorada desde hacía tiempo, falleció Cacho Castaña este martes a los 77 años en el Sanatorio Los Arcos, donde se encontraba internado desde el 2 de agosto.

El popular artista tenía su salud bastante debilitada en los últimos años, en los que fue hospitalizado e intervenido en numerosas oportunidades, principalmente por problemas pulmonares, cada vez más complejos. 

“Estoy bastante harto de todo. En cualquier momento, largo”, había dicho en una oportunidad sobre sus constantes problemas de salud y sobre sus constantes internaciones. 

Cacho fue un querible personaje, un porteño de pura cepa, al margen de declaraciones escasamente atinadas y de incluso denuncias públicas de abuso. 

Había nacido en Flores el 11 de junio de 1942 en el seno de una familia de inmigrantes italianos dedicados a la zapatería. Oficio que tomó en su niñez, hasta que la música pudo más y a los 14 años ya era profesor de piano. 

No era tango ni era rock. El tango fue su primer amor y fue pianista de orquestas típicas, hasta que el rock & roll y Elvis Presley llegaron a su vida. Beto y los Huracanes fue su primera banda de corte rockero y también su primera experiencia como cantante. 

Por accidente, en la discográfica escribieron su nombre como Castaña en su primer álbum, de 1972, y quedó para siempre con ese apellido en lugar del Castagna original. 

Cacho fue un antidivo, un personaje porteño de manual. El pelo largo y sus patillas fueron su estilo, al igual que la camisa con varios botones desabrochados luciendo su pelo en pecho y sus múltiples cadenas de oro, junto con su chalina blanca, que también le valieron críticas de los puristas de la moda. 

 “Garganta con arena”, una oda al Polaco Goyeneche, “Para vivir un gran amor” y “Café La Humedad” son algunas de sus composiciones más logradas. También se suman a este pedestal “Por esa puta costumbre”, una canción con sabor a autocrítica. 

También se destacaron los homenajes "Tita de Buenos Aires", por la Merello, y "La gata Varela", por Adriana Varela.

También tuvo canciones menos memorables y su voz se fue gastando con tiempo, apelando al oficio adquirido para afrontar cada show. 

Castaña tuvo también una carrera cinematográfica y entre sus películas se encuentran “El mundo es de los jóvenes” (1970), “El Cabo Tijereta” (1973) y  “La playa del amor” (1980). También es recordada su labor en “Felicidades” (2000), donde se metió en la piel de un policía durante un allanamiento en medio durante las Fiestas. 

En TV, por su parte, actuó en “Resistiré” (2003), “Los Roldán” (2004) y “Dulce amor” (2012), entre otros programas. Sus últimas participaciones televisivas fueron en el ciclo “Buenos Muchachos” (junto a Beto Casella, el Bambino Veira, Alfio Basile y Guillermo Cóppola) y “Tu cara me suena”.

Apasionado hincha de San Lorenzo, también fue durante un corto tiempo Pai umbanda y hasta se había pronunciado en favor de la reelección de Mauricio Macri, una declaración que le valió críticas por doquier. 

Tres matrimonios y algo más. “Fui bastante desordenado”, dijo más una vez a propósito de su vida amorosa, que le valieron escándalos por doquier. 

Se casó en tres oportunidades. La primera vez con la vedette Selva Mayo, con quien contrajo matrimonio en medio de un rito umbanda. 

La segunda, con Andrea Sblano, de 26, hija de un amigo de toda la vida (2006), cuando el artista ya tenía 63. Esa unión duró un lustro. 

Reincidió con Marina Rosenthal Cabrales, una psicóloga marplatense, heredera de un emporio cafetero y 34 años más joven que él. Estuvieron juntos desde 2012. 

Al margen de estos matrimonios, tuvo múltiples romances, entre ellos con Susana Giménez, cuando la diva estaba en pareja con Carlos Monzón. Cacho contó una y mil veces la anécdota sobre cómo tuvo que huir despavorido ante la inminente llegada del boxeador al departamento de Susana. 

En su relación con las mujeres, tuvo frases desafortunadas y poco felices. “A las mujeres hay voltearlas”, llegó a decir y también apunto: “Si la violación es inevitable, relájate y goza”.

Por esas frases, fue objeto de la crítica de organizaciones feministas y que luchan contra la violencia de género. Mientras que su defensa sostuvo que no tuvo esa intención y que hubo un “linchamiento mediático”. 

Al margen de estos comentarios, Vicky Buchino emitió una carta pública donde lo acosa de haberla acosado en su adolescencia y que incluso el cantante comenzó a masturbarse mientras la llevaba en el auto. 

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