La Unión | LOMAS

Homenajearon al emblemático murguero de Llavallol, Rubén Luongo

EN EL TEATRO DEL MUNICIPIo, a cuatro meses de su partida. Los Caprichosos de Llavallol le organizaron una fiesta para recordarlo. El grupo se quedó con el bombo, ?para que siga sonando?.

Rubén Luongo fue un emblemático murguero de Lomas y supo dedicarle su vida al baile, inculcado por su padre. Desde su partida, el 13 de octubre del año pasado, su ausencia en Los Caprichosos de Llavallol se hizo notar, ya que fue uno de los fundadores del grupo e integrante por más de 20 años.

El 11 de febrero (fecha en la que Luongo hubiese cumplido años), en el Teatro del Municipio se llevó a cabo un emotivo homenaje para él, organizado por sus compañeros y amigos de Los Caprichosos.

Leticia Luongo es hija de Rubén y estuvo presente en la celebración como una de las homenajeadas, donde desfilaron Los Caprichosos y también asistieron representantes de otras murgas, sobre todo de Capital. En la jornada hubo una canción dedicada a su padre, mensajes alusivos y un video conmemorativo. A las tres hijas del murguero les brindaron un diploma. “Fue un día muy emotivo, nosotros sabemos la pasión que tenía por esto, incluso cuando era chica yo también fui partícipe. Mi papá fue un buen hombre y se merecía este reconocimiento”, contó.

El bombo que solía tocar Rubén y su traje distintivo fueron entregados por los familiares a Los Caprichosos. “Queríamos seguir honrándolo y creemos que fue la mejor manera, el objetivo es que el bombo siga sonando por siempre y que su sonido nunca se apague”, relató emocionada Leticia.

en el homenaje hubo una canción dedicada a rubén, mensajes y un video conmemorativo. “Fue muy emotivo”, dijo leticia, su hija.

Tres generaciones ya pasaron por la murga que surgió en la década del ‘90.

La mujer destacó la organización de “Alita” y “El chino”, actuales directores del grupo, quienes fueron los encargados de acercarse al Municipio y hacer realidad la celebración para recordar a Luongo, en una fecha especial para todos.

INICIOS. “La pasión por las murgas se despertó en mi papá desde muy joven, gracias a mi abuelo José que también era fanático. En 1983 fundaron Los Dementes de la Loma, el primer grupo en el que participaron juntos, en un ambiente muy familiar y distendido”, contó la mujer de 43 años sobre los inicios de Rubén en la movida. Inmediatamente prosiguió: “En zona Sur no era común esto de las comparsas, ellos fueron los innovadores de este sentir”.

“Era un hombre apasionado por lo que hacía y muy divertido. Además, era muy exigente y ordenado, sobre todo con la murga porque quería que todo salga de la mejor manera posible. En febrero, de lo único que se hablaba en nuestra familia era de los Carnavales, no existía otra cosa”, dijo quien se desempeña como docente, al ser consultada sobre los recuerdos vivos que mantiene de su padre.

Para finalizar, Leticia habló de las enseñanzas que le dejó su papá: la conducta, la disciplina, el respeto y el esfuerzo para llevar adelante cualquier labor. Con esos principios, Rubén encaró su vida y sus sueños, entre ellos, el de contar con una de las murgas “más lindas” de Lo

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