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¿La sociedad está preparada para los juicios por jurado?

charla con un letrado que ASISTIÓ A UNA CAPACITACIÓN EN ESTADOS UNIDOS SOBRE EL TEMA. El abogado Hugo López Carribero detalló de qué se trata este sistema que ya se implementa en Buenos Aires. Sus puntos a favor y sus grises.

De traje y en su oficina de trabajo desde hace 27 años, el abogado Hugo López Carribero se dispone a explicar una nueva posibilidad para los juicios que se lleven a cabo en algunas provincias de Argentina y que, a su criterio, es una creciente inminente y que llegó para quedarse: los juicios por jurados, donde la sociedad y los vecinos se involucran en casos para determinar la culpabilidad o inocencia de un imputado.

López Carribero es abogado penalista y profesor en la Universidad de La Matanza. A principios de 2019 viajó a Estados Unidos, más precisamente a la ciudad de San Diego, donde participó de un curso intensivo de un mes para capacitarse sobre los juicios por jurados: “La experiencia fue enriquecedora y muy innovadora, porque la ley de juicios por jurados se implementó en Buenos Aires hace muy poco, mientras que allá ya rige hace 300 años, por eso se tomó ese modelo para nuestro país”, explicó el abogado penalista.

¿DE QUÉ SE TRATA? El juicio por jurado es un derecho que posee el imputado, ya que cuenta con la posibilidad de elegir ser juzgado por jueces o por la sociedad, a través de un jurado integrado por personas que no tengan conocimiento sobre las leyes.

Pero este camino puede ser tomado cuando la carátula en la que se lo imputa a un ciudadano es igual o mayor a quince años de prisión.

La composición del jurado se realiza con 6 hombres y la misma cantidad de mujeres, seleccionados por el padrón electoral del distrito. Se elige a 48 posibles integrantes y, tras una depuración, se llega a la cantidad necesaria para su conformación.

Con este sistema "puede ser más factible que un inocente quede preso o que un culpable recupere la libertad”.

Esta selección se basa en varios requisitos: “Hay que tener entre 21 y 70 años. Los policías, los abogados, los funcionarios públicos, los escribanos, quienes cuentan con antecedentes penales y los que tengan un vínculo con el imputado no pueden serlo. Sí podría ser jurado, por ejemplo, un analfabeto”, detalló el hombre de 49 años.

A los elegidos se los orienta acerca del caso, se les explica cuáles son los pasos a seguir y qué determinación tendrán que tomar en conjunto. Por ejemplo: si se trata de un homicidio simple, con una pena escalonada de 8 a 25 años de prisión, deben ponerse de acuerdo 10 integrantes para culpar al imputado. En caso de un homicidio calificado, con prisión perpetua como consecuencia, los 12 jurados deben coincidir en su pensamiento para que la condena sea efectiva.

FORTALEZAS Y DEBILIDADES. Según el letrado, uno de los puntos a favor de este innovador sistema es que la sociedad tiene la posibilidad de determinar si alguien es culpable o no, lo que acerca la Justicia a los vecinos y hace más “amigable” dicho vínculo. Como contrapartida, remarcó la falta de justicia en los fallos y la tomas de decisiones con el corazón, sin los conocimientos jurídicos: “Puede ser más factible que un inocente quede preso o que un culpable recupere la libertad”.

EL TEMA DE LA JUSTICIA POR MANO PROPIA. Dentro de Buenos Aires ya hubo alrededor de 80 juicios por jurados, siendo los más recordados el de Villar Cataldo, el médico que mató a un ladrón en la puerta de su casa, y el del carnicero de Zárate, en un episodio similar. En ambos casos, hubo absolución gracias  a la decisión del jurado popular.

El abogado, en su silla y con su escritorio de por medio, contó que tuvo la experiencia en primera persona de participar de dos juicios por jurado, con el resultado de “no culpable” en ambos casos.

"Hay quienes no quieren ser testigos ni jurados, y no se pueden negar porque es una carga pública”.

“Uno de esos era un guardia cárcel que mató a un preso. No tengo ninguna duda de que si iba a un juicio técnico era declarado a cadena perpetua. ¿Se hizo justicia? Para la ley sí porque así lo ampara este tipo de procedimientos, pero para la familia del hombre asesinado, no”, indicó.

“Falta información y, sobre todo, compromiso por parte de la sociedad y madurar como argentinos. Hay quienes no quieren ser testigos ni jurados, y no se pueden negar porque es una carga pública”, aseguró quien se egresó de la Universidad de Buenos Aires.

Cuando se lo consultó acerca de si un ciudadano está capacitado para desempeñar dicha función, López Carribero señaló: “Es la gran pregunta, estoy a favor del juicio por jurado, pero tomaría el modelo escandinavo, es decir, tener la posibilidad de combinarlo con jueces. A mi entender, parecería ser lo más justo”.

Además de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Mendoza, Neuquén y Rio Negro ya cuentan con el sistema de juicio por jurados. Entre Ríos ya sacó la ley y se sumará a las otras 6 provincias en el corto la

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