La Unión | LOMAS

Un lomense trabaja en el desarrollo de algas comestibles junto a la NASA

PARA COMBATIR LA DESNUTRICIÓN.

Son microorganismos que contienen una gran cantidad de proteínas y vitaminas, que ayudan a un mejor funcionamiento de los órganos del cuerpo.

La desnutrición es una problemática de gran alcance en el país y que perjudica principalmente a los niños. Luchar para disminuir la cantidad de perjudicados es un trabajo necesario y Miguel Raduazzo lo sabe. El vecino lomense es ingeniero industrial que se encuentra abocado a la investigación y está en pleno desarrollo de un proyecto sobre algas comestibles, que contienen una gran cantidad de proteínas, vitaminas y ayudan al funcionamiento de los órganos del cuerpo.

A raíz de dos proyectos que le acercaron para combatir la desnutrición (provenientes de Quilmes y Córdoba), Raduazzo se contactó con la NASA para que los evaluara y les brindara una sugerencia.

“La respuesta que obtuve sobre estos planes, uno de ellos llamado Super Sopa, es que la mayoría de los componentes tienen un ciclo de producción extremadamente largo, de 4 a 5 meses, y el rendimiento de cualquiera de los vegetales es bajo, ya que se utiliza solamente el 10% del total de la planta”, explicó quien trabajó 20 años en la Facultad de Ingeniería de Lomas.

Pero desde la NASA le propusieron otro trabajo. “Me dijeron de desarrollar un trabajo propio de ellos que trata de una serie de microalgas comestibles, microorganismos que se reproducen en cuestión de horas”, explicó el hombre de 55 años. Inmediatamente prosiguió: “Yo creé laboratorios en Lomas, Glew, Guernica y La Matanza, que están conectados con la Estación Internacional Espacial para el intercambio de datos. Sería muy importante lanzarlo en el país”.

Nutricionalmente, estas algas comestibles, llamadas chlorella y espirulina, superan a cualquier alimento tradicional: un gramo de microalga tiene 200 veces más de calcio que la leche. Además, cuenta con vitamina A, B, C y D, es anticancerígeno y ayuda a mejorar el funcionamiento de órganos como el corazón, el páncreas, el hígado, el riñón, el pulmón y las arterias.

Como parte del cuidado del medio ambiente, quien vive en Lomas desde 1992 avanzó con el Municipio de Lomas en el proyecto de utilización de residuos forestales para implementarlo en el crecimiento de las algas. Es decir, quemar ramas para lograr la temperatura óptima, generar dióxido de carbono para que el vegetal libere oxígeno y, por último, tomar las cenizas que ayuda también a su desarrollo. Se aprovecha el ciento por ciento de los desechos.

Actualmente el producto se consigue en algunas dietéticas, pero provienen del exterior, por lo que la tarea de Miguel es mejorar el proceso y producirlo en Argentina. “La desnutrición es un problema serio, los remedios son cada vez más caros y es muy difícil mejorar la calidad de vida de la población”, recalcó el ingeniero.

La planificación es encarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), también preocupados por la problemática a nivel mundial.

“Por la velocidad de producción, se abarataría el valor comercial a más de la mitad de lo que se comercializa hoy en día. Aparte, si se llega a producir en Argentina, sería una fuente de trabajo para la mano de obra del proceso productivo”, sostuvo Raduazzo.

“Es un desafío importante poder hacer un aporte como lomense. El objetivo es exportar desde Lomas a la Provincia y, a su vez, llegar a Nación. Creo que podría ser una solución para un futuro inmediato”, dijo el investigador del laboratorio del Colegio San Bonifacio.

Para quienes estén interesados en profundizar sobre el tema, pueden ingresar a su Facebook personal (Miguel Raduazzo), donde difunde las investigaciones en diversas publicaciones.

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