La canción que recorre el mundo

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León tenía la costumbre de mostrarle sus nuevas composiciones a su padre, que supo ser músico de las orquestas que animaban las fiestas y los bailes de Cañada Rosquín, el pueblo de la familia Gieco, enclavado en el interior santafesino y poblado por entonces mayoritariamente por inmigrantes piamonteses.

“Esta canción va a recorrer el mundo”, le dijo en aquel 1978 el padre al hijo. Pero esta afirmación fue más que un cumplido paternal y se transformó en una suerte de profecía autocumplida, porque esa composición rompería rápidamente las fronteras y las barreras idiomáticas.

Esta canción, uno de los grandes clásicos de la música popular argentina y latinoamericana, fue incluida por su autor en un disco que se llamó sencillamente “IV LP”, por el obvio motivo de ser su cuarta producción.

Antes de grabar este álbum, León, cercado por la censura y persecución política de la dictadura, emprendió un pequeño exilio por América latina, España y también en Los Ángeles, donde ya se había instalado su amigo Gustavo Santaolalla.

El desarraigo pudo más que la censura y León regresó al país, donde puso manos a la obra en un disco que ocupa un lugar de privilegio en su obra.

Vueltas del destino, Gieco no estaba convencido de incluir “Sólo le pido a Dios” en su nuevo disco, pero siguió el sabio consejo de Charly García y cambió de opinión. El oído absoluto del Bicolor también percibió que esa canción se traiga algo entre manos.

En esa grabación original, a la guitarra y la armónica de León se sumó el bandoneón del salteño Dino Saluzzi, con un notable arreglo. León compuso esta canción ante el conflicto por el Estrecho del Beagle y hasta por un inminente inicio de acciones bélicas con Chile. El tema fue preso de la censura y el argumento fue que no se podía cantar canciones de paz en épocas de guerra.

De todos modos, y sin que se levante la censura que la silenciaba, la misma dictadura utilizó a esta canción durante la Guerra de Malvinas, lo que desconcertó a su compositor.

Tal como preveía el padre de León, la canción empezó a recorrer el mundo.

La propia voz de Mercedes Sosa le dio un gran espaldarazo, aunque no fue la única. También fue traducida a diversos idiomas, siendo el portugués el primero de ellos, y también fue grabado en quechua. “Sólo le pido a Dios” cumple 40 años y vale la pena volver a prestarle oído.

 

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