Manolo Juárez, emblema de la evolución de la canción folclórica, será homenajeado en el CCK

"Tiempo reflejado" será el título de la noche en la que Juárez, de 78 años, presentará el álbum "Antología Uno", que incluye piezas de "Trío Juárez" (1970), "Trío Juárez +2" (1971), "De aquí en más" (1976), "Tiempo reflejado" (1977), "Manolo Juárez y Lito Vitale, A dos pianos en vivo" (1983), "Tarde de invierno" (1980), "Sólo piano y algo más" (1984), y "El que nunca se va" (1987).

"Trato de sentirme gratificado dentro de los parámetros normales de la autoestima, intentando evitar la vanidad que forma parte de la estupidez", lanza Juárez apenas se lo interpela sobre el concierto.

El homenaje contará con la presencia de músicos de diversa procedencia que acompañaron al pianista en los escenarios o que crecieron bajo otro de sus temperamentos más destacados: su rol como pedagogo de la música popular.

Adrián Iaies, Jorge Navarro, Lito Vitale, Luis Salinas, Diego Schissi, Leo Sujatovich, Carlos "Negro" Aguirre, Javier Malosetti, Daniel Homer, Haydee Schvartz, Elías Gurevich, Marian Farías Gómez, Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Mono Izaurralde, Galo García, Verónica Condomí, Lilián Saba, Pablo Fraguela, Roberto Calvo, Mono Hurtado, Colo Belmonte, Lucas Homer y Facundo Guevara estarán presentes en el Centro Cultural Kirchner.

"Es una idea de Lito Vitale y yo me enteré cuando el proyecto estaba muy avanzado. Me hubiera gustado también que se hiciera lo mismo con (Horacio) Salgán, (Homero) Expósito y (Gustavo) "Cuchi" Leguizamón. Son grandes fuentes de pensamiento en un mercado donde se vende sólo para el consumo rápido", reflexionó Juárez en diálogo con Télam.

Mordaz en su discurso, Juárez señaló algunos de los "males" musicales de la Argentina a la que, sin embargo, le reconoce "una riqueza enorme": "Hay un mal argentino que consiste en creer que todo el que sube al escenario es cantautor. Que puede escribir la letra, la música y también interpretarla. No era cantautor Frank Sinatra ni Mercedes Sosa, pero acá nadie se privada de nada.

Hay tipos que estuvieron 30 años en la orquesta de Duke Ellington y jamás hicieron un solo. Si querían hacer un solo se iban a otro sello y armaban otra cosa. Hay que entender que no es un pecado acompañar. Pero este es un país de solistas. Lo mismo ocurre con algunos jóvenes que tienen la inclinación por tocar todo el tiempo temas propios. Eso es dañino".

- Ud. se dedicó con especial énfasis a la pedagogía, en forma particular y como fundador en los '80 de la Escuela de Música Popular de Avellaneda, ¿No hay cambiado la institucionalización del saber musical popular el perfil de los músicos de este tiempo?

- Astor (Piazzolla) decía en los '70 que había muchos conjuntos que eran una mera repetición, envejecida y empobrecida, del tango de los '40. Y hoy hay conjuntos que tocan de la forma que lo hacía Pugliese, pero mal. Que están condicionados por el espectáculo y la convocatoria de cierta moda del tango. Ese acercamiento a las fuentes es con desconocimiento.

También hay otros que se apuran a tocar temas propios. Las personas reaccionan de diferente manera ante los mismos impulsos estéticos y hay que crecer en el diálogo. En el pensamiento de la obra de otros. Astor hacía eso pero antes las había pasado todas. Son cosas que se hacen en el final de una carrera.

Por eso desconfío mucho de algunos grupos juveniles, aunque por supuesto hay gente que se está moviendo muy bien como Lilián Saba, Pablo Agri o los hermanos Emiliano y Lautaro Greco, por señalar algunos ejemplos.

Son parte de la enorme riqueza musical de este país, que a su vez es muchos países porque no es lo mismo la música que viene de Chile, Bolivia, Perú, Paraguay, la música de la llanura o el tango. Lo que falta es alguien de la dimensión de Manuel de Falla que tenga el talento de sintetizar todas esas tradiciones.