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Lucía, Tomás y la vida después del incendio trágico

?quiero pasar el resto de mi vida en lomas? .    

LUCIacuteA Y TOMAacuteS NECESITAN UN LUGAR DONDE VIVIR

LUCÍA Y TOMÁS, NECESITAN UN LUGAR DONDE VIVIR.

Los hermanos reconstruyeron su vida luego de perder a cuatro familiares, gracias a la ayuda de vecinos, amigos y un subsidio del Municipio.

Lucía y Tomás Guzmán son dos hermanos de Lomas Este que perdieron en marzo del año pasado a su madre, abuela, hermana y sobrino en el incendio de su vivienda ubicada en la calle Pedernera, en Lomas Este. A casi un año del siniestro, ambos intentan recomponer sus vidas y seguir adelante por quienes ya no están, y recuerdan con agradecimiento la movida solidaria que se generó para ayudarlos.

“Todavía no caigo por lo sucedido, fue horrible. Pero gracias a mis amigos y familiares que comenzaron con una movida solidaria, nos ayudaron un montón”, explicó Lucía, para posteriormente agregar que pudieron recuperar la casa de su abuela, que se encuentra en el fondo, y que es donde ella vive ahora. En la casa de adelante construyeron un departamento, que sirve para mantener a ambos porque ninguno de los dos cuenta con un empleo. Todo fue llevado a cabo con la colaboración de los vecinos y el subsidio que les otorgó el Municipio.

“Estoy agradecida y orgullosa por todo. Pese a lo feo que nos tocó vivir, los vecinos nos ayudaron en todo sentido. Incluso sin conocernos, muchos lomenses se acercaron a la puerta de mi casa para preguntarnos en qué podían colaborar, son bondadosos. No tengo palabras”, declaró la joven de 22 años.

LA ESCUELA, PRESENTE. La Inmaculada Concepción fue el colegio primario y secundario de Lucía. Los profesores y directivos del establecimiento ayudaron en la causa con la colecta de dinero y la limpieza del hogar. Un gran aporte a la familia Guzmán para que rehagan su vida.

“Lucho a diario y salgo adelante por mi mamá (Liliana), mi abuela (Sara), mi hermana (Natalia) y mi sobrino (Felipe), los que me cuidan desde arriba. Ellos nos dieron todo y yo no me puedo rendir”, finalizó la chica.

"Pese a lo feo que nos tocó vivir, los vecinos nos ayudaron en todo sentido. Incluso sin conocernos, muchos lomenses se acercaron a la puerta de mi casa para preguntarnos en qué podían colaborar, son bondadosos.”

De aquella fatídica noche, la lomense guarda recuerdos borrosos debido a que en ese momento se encontraba en shock: “Antes de que yo llegara ya estaban los Bomberos. Me fui con mi tío por una o dos horas hasta que nos dejaron ingresar a la casa. El velatorio fue en el Municipio y gracias a varios trámites despedimos a los cuatro juntos”.

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