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Lomas: para cuidar el patrimonio, arreglan más calles de adoquines

el plan de obras se trasladó a la calle Alvear, entre Las Heras y Larrea, en Lomas Oeste. El Municipio repara los sectores que están deteriorados para preservar la identidad barrial y mejorar la circulación a través del bacheo granítico. Las tareas implican el levantamiento del empedrado de los baches y la colocación de nuevas piezas.

Para preservar la identidad y tranquilidad barrial, y al mismo tiempo, mejorar la circulación vehicular y atender los pedidos de los ciudadanos, el Municipio de Lomas repara las calles de adoquines sin alterar la estética original. En este momento, el plan de obras se trasladó a la calle Alvear, entre Las Heras y Larrea, en Lomas Oeste, y avanza hacia el lado de Pereyra Lucena.

“El bacheo granítico es una obra artesanal complementaria al Plan de Pavimentación que sigue avanzando en los distintos barrios. Se lleva adelante en respuesta a los pedidos que hacen los vecinos y en base a los relevamientos a cargo de las delegaciones. Es fundamental que haya un mantenimiento periódico del estado de las calles para generar un tránsito seguro, y en el caso de los adoquines, de preservar también la identidad y el patrimonio”, expresó el intendente, Martín Insaurralde.

Las cuadrillas ya hicieron trabajos sobre el empedrado de las calles Garona, entre Piaggio y Bolívar (Lomas Oeste); Penna y Rodríguez Peña (Banfield Oeste); Castelli, entre Azara y San Martín (Lomas Centro); y en General Paz y Meeks (Temperley Oeste).

Divididos, LOS VECINOS argumentAN a favor y EN contra. LA MAYORÍA no cambia por nada el pintoresco paisaje del histórico empedrado.

A diferencia de las acciones en concreto asfáltico u hormigón, las tareas implican el levantamiento del empedrado de los baches que resultan un obstáculo para la circulación de vehículos y, posteriormente, se colocan nuevos adoquines para dejar la calle nivelada y darle mayor fluidez al tránsito, aunque reduciendo de forma natural la velocidad, algo que valoran muchos de los vecinos de la zona como una ventaja. Otro de los beneficios que enumeran es el de la absorción durante los días de lluvia.

“Las calles empedradas tienen mayor capacidad de drenaje. Aunque el adoquín en sí mismo es impermeable, el espacio entre uno y otro filtra más agua que una cinta asfáltica”, argumenta el vecino Mauro Ibáñez.

Para algunos, en cambio, los adoquines son un problema por las vibraciones que producen en el tránsito y porque arruinan los amortiguadores del auto.

Divididos entre el asfalto y los adoquines, hay argumentos a favor y en contra. Otros no cambian por nada del mundo el pintoresco paisaje del histórico empedrado.

En calles de barrio en donde no se pueden superar los 40 kilómetros por hora, el empedrado resulta una medida preventiva para el tránsito, porque impide la alta velocidad.

Desde el Municipio de Lomas, explican que para llevar adelante los arreglos, se trabaja con una cuadrilla especializada en este tipo de reparaciones y teniendo en cuenta la preservación del patrimonio histórico de los barrios. “Aunque después se hace la compactación con una máquina, el recambio es prácticamente a mano acompañado por una base nueva de hormigón y luego se tira un tipo de arena más gruesa para que perdure por mucho tiempo”, detallaron desde la Secretaría de Obras y Servicios Públicos.

Por su parte, el Municipio avanza con el Plan de Pavimentación para dejar atrás las calles de tierra y mejorar la infraestructura urbana en los barr

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