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Llavallol, la ciudad de las industrias y las visitas ilustres, está de festejo

sopló las velitas. Se cumplieron 111 años del día en el que se efectuó el primer remate de tierras. ¿Qué inmigrantes escribieron su historia y qué famosos llegaron a estas coordenadas? Un recorrido con fotos para el recuerdo.

Llavallol está de festejo. La ciudad que vio nacer industrias importantes, que escribió su historia a través de inmigrantes y tuvo visitas ilustres y envidiables sopló las velitas: se cumplieron ayer 111 años del día en el que se efectuó el primer remate de tierras de propiedad de Martín Enz por la firma Volpi y Cía., lo que dio origen a la hoy Ciudad, según cuentan los profesionales del Instituto Histórico Municipal de Lomas de Zamora (IHMLZ).

“Llavallol es una tierra de pioneros vascos, españoles, italianos, polacos y de otras latitudes, es decir ha sido un crisol de razas que con sacrificio y mucho trabajo lograron levantar un lugar pujante”, detallaron desde el IHMLZ, donde agregaron: “Fue principalmente a través de sus industrias, porque en sus 1.150 hectáreas funcionaron quizás las más importantes del Partido, como Firestone, Bieckert, Palmolive, entre otras, además de pequeños y medianos emprendimientos. Por otro lado, sus instituciones la convirtieron en una ciudad cosmopolita y así lo significaba su teatro”, amplían los historiadores.

En una nota publicada en el Diario La Unión, Sergio Lapegüe recordó la singular historia de la localidad, que empezó a tomar color a fines del siglo XIX, con la inauguración del ramal ferroviario a Cañuelas, cuando se creó la actual estación. “Tomó su nombre en honor a Felipe Llavallol, un destacado comerciante que en enero de 1854 formó parte del grupo de empresarios que concretó la primera línea ferroviaria con capitales argentinos, denominada Camino de Fierro”, cuenta “Lape”, vecino de Banfield.

En coincidencia con lo que destaca el Instituto, el periodista subraya que ese rincón del Sur del GBA se fue transformando en un polo industrial, y evoca: “El emprendimiento más importante de esa época, sin dudas, fue el de la cervecería Bieckert: el francés Emilio Bieckert, su fundador, vino a Buenos Aires y comenzó su fábrica con un solo empleado en la Capital, hasta que en 1908 se estableció en el actual terreno de 100 mil metros cuadrados. Otra industria destacada en la zona es Firestone, ubicada en la rotonda de Antártida Argentina y Camino de Cintura”.

La historia de Llavallol, al igual que la del resto de Argentina, está escrita por los inmigrantes. Pero a diferencia de otras localidades, donde italianos, españoles y británicos llegaron en masa, los que dejaron una marca en Llavallol fueron los polacos y los ucranianos. De hecho, estos últimos fundaron dos clubes, el Dnipro y el Prosvita. También fue muy importante para la zona el aporte de los vascos, que adquirieron 20 hectáreas de la estancia de los Enz con el propósito de poner en marcha el colegio Euskal Echea. La colectividad trabajó duro y el 17 de diciembre de 1905 se colocó la piedra fundamental de los edificios. El 10 de noviembre de 1912 se inauguraron los colegios, uno para varones y otro para mujeres.

Además de contar con una historia ligada a la industria, los vascos, rusos y ucranianos, Llavallol fue famosa por visitas ilustres, entre las que se destaca la de Eduardo de Windsor, heredero del trono británico, en 1925, quien se detuvo en la granja La Felisa. Ese mismo año, Albert Einstein, Premio Nobel de Física, se alojó en la cabaña de su amigo Bruno Wasserman, ubicada en lo que actualmente ocupa el Colegio La Medalla Milagrosa, en Moldes y Néstor de la Peña.

Albert Einstein llegó a Llavallol el 5 de abril de 1925 y era llevado en auto por el vecino Agapito Otero, quien era el único en esa época que tenía un vehículo cerca de la estación. Durante su visita se relacionó con los habitantes de la zona. Hizo paseos al Rectorado de los Institutos Santa Catalina y recorridos por las localidades de la región. También visitó la estación Llavallol, donde acodado sobre un ángulo del puente peatonal, disfrutaba de los atardeceres amenizados por las charlas con el auxiliar de esos tiempos, Manuel Iglesias.

En ese entonces su visita fue un hecho de gran trascendencia y de orgullo para los pobladores de la Ciudad de Llavallol, motivo por el cual el Rotary Club organizó el año pasado junto con la Congregación de las Siervas de María de Anglet, un homenaje para conmemorar tal ilustre visita, con el fin de recuperar y poner en conocimiento de la ciudadanía, parte de la rica historia que posee la Ciudad.

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