La voz más potente del mundo

Desde Bulgaria.

Smilyana Zaharieva es casi una desconocida en la Argentina, seguramente podría caminar tranquila por cualquier calle sin ser reconocida. Esta búlgara es especial y  un récord oficial lo confirmó: posee uno de los timbres más potentes del mundo, comparable a los decibelios de un recital de rock & roll.

La cantante, de 48 años, lloró a mares cuando el Récord Guinness le entregó el certificado a la voz mezzosoprano más fuerte jamás registrada.

El libro de los récords se vio obligado a innovar, teniendo en cuenta que en esta categoría no había precedentes. De esta forma, le fijó el objetivo de superar los 110 decibeles medidos a una distancia de 2,5 metros para concederle el título.

La grabación se realizó en septiembre de 2018 y el veredicto acaba de hacerse público. La información oficial da cuenta que la voz de Smilyana Zaharieva, con 113,8 decibeles, es comparable a la potencia de un concierto de rock, de una orquesta sinfónica o de una sirena de ambulancia.

Además, la cantante logró mantener este sonido durante dos minutos, frente a los escasos cinco segundos que le requería el Guinness.

Smilyana Zaharieva se formó desde su más tierna edad en la escuela de canto tradicional de las montañas Ródope, al sur de su país.

Luego siguió su formación en el conservatorio, donde llamó la atención por "su increíble desempeño vocal", según el testimonio de la profesora Svetla Stanilova, directora del conservatorio de Plovdiv.

Los ritmos folclóricos de Bulgaria tuvieron su primavera a nivel global en lo ’80, a partir del furor del coro femenino El Misterio de las Voces Búlgaras, cuyo poderoso sonido parecía invadir el espacio gracias a las armonías creadas por las diferentes combinaciones de las voces.

Su nombre se populariza con el disco “El misterio de las voces búlgaras” Parte 2 que sale a la venta en 1986, la primera parte del disco en 1975.

Smilyana Zaharieva fue parte  de las giras internacionales con otro coro, Las Grandes Voces Búlgaras, hasta que puso fin brutalmente a su carrera en 1996.

"Un día, al regresar, mi hija pequeña no me reconoció, y eso me partió el corazón", contó sobre el tiempo que pasaba fuera de su casa por los largos periplos internacionales del coro.

Lejos de las Voces Búlgaras, se dedicó al turismo y es la jefa de su propia empresa, mientras que cantaba sólo para los íntimos. En 2015 relanzó su carrera y se midió a una formación de 101 gaitas tradicionales de las montañas Ródope, llamadas "kaba gaida". Su voz resistió a la potencia de los instrumentos.

Smilyana Zaharieva quiere aprovechar su título para ampliar horizontes. Ahora sueña con llevar a los escenarios creaciones originales con estrellas del pop como Madonna, a la que escribió recientemente.

Pero también quiere explorar el potencial curativo de la música, porque está convencida de que el sonido tiene una influencia en el bienestar de los seres huma

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