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La vida de un asesino serial llega al cine

Luz, cámara, acción. Se estrena un film sobre los crímenes de Ted Bundy, ejecutado en la silla eléctrica en 1989, contada a través de los ojos de quien fuera su novia por largo tiempo y dirigida por Joe Berlinger.

 

Bajo la lente de Joe Berlinger, llega a las salas “Ted Bundy: Durmiendo con el asesino”, un film basado en hecho reales y que sigue la historia del asesino serial que quedó en los anales de las crónicas policiales.

Ted Bundy, quien durante la década de los años `70 violó y asesinó a numerosas mujeres, confesó 30 homicidios que cometió en 7 estados entre 1974 y 1978, pero el número real de víctimas es desconocido.

 

La película, que llega hoy a las salas argentinas, está contada a través de los ojos de quien fuera su novia durante mucho tiempo.

Zac Efron y Lily Collins encabezan el elenco de la película, mientras que completan el reparto Kaya Scodelario, Haley Joe Osment, Jeffrey Donovan, John Malkovich y Jim Parsons, entre otros.

Theodore Robert Cowell nació en Burlington, localidad estadounidense situada en Vermont, el 24 de noviembre de 1946.

Hijo de Eleanor Louise Cowell cuando ésta era muy joven y de padre desconocido, fue criado por sus abuelos y se le hizo creer tanto a él como al resto de la sociedad que su madre era en realidad su hermana.

En 1950 se mudó junto con su madre a Washington, la cual un año más tarde se casó con John Bundy, tomando el apellido de su padre adoptivo.

Sus crímenes. Luego de cometer diferentes hurtos, los primeros asesinatos documentados de este asesino en serie no ocurrían hasta 1974, si bien se sospecha que pudo estar involucrado en otros casos anteriores.

En enero del año 1974, aún en la universidad, Ted Bundy entraría en la habitación de Joni Lenz para posteriormente golpearla con una barra de hierro y violarla.

A pesar de que sobrevivió, sufrió graves heridas y daños cerebrales permanentes. Llevaría a cabo el mismo procedimiento con Lynda Ann Healy, a quien en este caso mataría. Hizo desaparecer el cadáver, si bien no limpió la sangre.

Esta muerte daría inicio a una cadena de asesinatos en el que desaparecieron numerosas jóvenes estudiantes, siendo algunas de ellas Carol Valenzuela, Nancy Wilcox, Susan Rancourt, Donna Mason, Laura Aimee, Brenda Ball, Georgann Hawkins, Melissa Smith o Caryn Campbell, entre otras muchas.

El modus operandi de Bundy se basaba inicialmente en seguir y secuestrar a sus víctimas hasta su casa, para allí estrangularlas. De todos modos, con el tiempo empezó a buscar víctimas durante el día, siendo usual que simulara tener un brazo roto para pedir ayuda para llevar cosas a su auto.

Este asesino solía escoger a mujeres jóvenes, morenas de pelo largo, características que las asemejaban tanto a su madre como a su antigua novia Stephanie Brooks.

Las víctimas eran a menudo violadas y descuartizadas, llegando a conservar el sujeto partes de sus cuerpos como la cabeza, como trofeos de sus crímenes.

Se le comprobaron treinta asesinatos, tras varios juicios y fugas, fue condenado a muerte y ejecutado en la silla eléctrica el 24 de enero de 1

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