La Pelo

A Los Beatles se los apodaba como los “melenudos” y la icónica opera beat de fines de los ´60 se llamó “Hair”. En nuestras Pampas, y siguiendo con lo capilar ligado al rock, la película que protagonizó Litto Nebbia se tituló “El extraño de pelo largo”, tomando el nombre del tema homónimo que popularizó La Joven Guardia.

Casi como una profecía autocumplida, la primera revista del rock argentino que logró mantenerse por largo tiempo se llamó Pelo, que comenzó a publicarse en 1970, poco después del surgimiento del movimiento, y siguió llegando a los kioscos hasta mediados de los ´90.

La revista se encargó en ese largo recorrido de documentar lo que ocurría en el rock argentino, siendo una de las pioneras en esta labor, luego de la irrupción de la pionera Pinap y otras publicaciones de efímera duración.

En la Pelo se encontraba todo lo que los amantes del rock argentino quisieran leer y era de esas revistas a las que sus fans esperaban cada semana. En las páginas de esta publicación hubo entrevistas por doquier a los máximos exponentes del género, desde Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia y Charly García, a los nuevos exponentes que fueron irrumpiendo con el correr de las décadas.

Salir en la Pelo era señal de pertenecer, de jugar en Primera. Que un artista emergente apareciera en sus páginas implicaba codearse con la crema del rock local.

Esta revista también cubrió un sinnúmero de shows, muchos de ellos de antología, como la despedida de Sui Géneris en el Luna Park o el regreso de Almendra, con su maratón de conciertos en el Estadio de Obras Sanitarias.

También se publicaron los nuevos lanzamientos discográficos, con sus respectivas críticas, que solían formar opinión en el público. Las portadas tenían lo suyo y salir en tapa era un lugar selecto para unos pocos. Otro tanto tenían los posters de la Pelo, que poblaron las paredes de las habitaciones de un par de generaciones de adolescentes.

Al margen del rock argentino, la revista también traía un interesante material de la actualidad del rock anglosajón, cuando esa información escaseaba en los demás medios y en tiempos en los que internet no estaba en la imaginación de nadie.

Incluso, algunos números se transformaron en verdaderas reliquias para los coleccionistas y hasta se piden fortunas por ellas. Otros, en cambio, no venderían esos ejemplares ni por todo el oro del mundo. Toda la colección de la Pelo, menos sus dos primeros números, ya están disponibles gratis en la web a partir de un gran trabajo de la Universidad de Quilmes, que se encargó de digitalizarla.

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