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Implantes PIP: un nuevo fallo favoreció a unas 800 mujeres

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Son argentinas y serán indemnizadas tras haber sido “engañadas” por una empresa francesa que vendió siliconas mamarias de mala calidad.

Un grupo de 800 mujeres argentinas que fueron damnificadas por implantes mamarios franceses de mala calidad fabricados por la compañía Poly Implant Prothèse (PIP) serán indemnizadas luego de una ardua lucha judicial. La justicia francesa ratificó la sentencia contra la empresa productora de las prótesis mamarias.

LA HISTORIA DEL PROBLEMA. En 2010, se descubrió que las prótesis fabricadas por la compañía francesa PIP estaban producidas con silicona de uso industrial de grado no médico sin homologar, que llevó a la muerte a tres mujeres luego de que el implante explotara dentro del cuerpo.

“Las prótesis PIP tenían un porcentaje de ruptura temprana cercana al 30%, mientras que otras no llegan al 1%”, comentó la abogada especialista en el tema, Virginia Luna, quien llevó adelante la demanda desde 2011 de las mujeres argentinas ante la justicia francesa. Además de la demanda que se realizó desde Argentina, existen más de siete mil casos de todo el planeta que presentaron acciones legales contra la empresa.

Se calcula que en Argentina unas 15 mil mujeres se implantaron estas prótesis defectuosas. En 2013, las representadas por Luna tuvieron la primera sentencia favorable, cuando la Corte Suprema de Justicia de Francia condenó a Jean-Claude Mas, fabricante del implante, a cuatro años de prisión y fijó una indemnización provisoria -simbólica- entre 4 mil y 6 mil euros para cada una de las damnificadas.

Sin embargo, tanto la empresa como las mujeres apelaron la sentencia. El lunes 2 de mayo, la Corte de Apelación francesa confirmó la condena por “engaño agravado” y también las indemnizaciones, “que las va a pagar el estado francés porque la empresa declaró su quiebra”, explicó la abogada.

PIP tenía la obligación de certificar el producto anualmente. Y TUB era la empresa que lo hacía en base a la documentación que presentaba el fabricante.

Con esa certificación, la Unión Europea colocaba su sello de aprobado. Debido a eso, el producto en Latinoamérica ingresaba sin ningún tipo de control, porque se supone que ellos tienen controles de tecnovigilancia superiores.

Averiguar sobre el tema antes de acceder a la intervención es fundamental para no correr riesgos. “Hay que chequear la garantía que está detrás de las prótesis y no acceder a prótesis que tienen otro origen y que se desconocen los componentes. No solo hay que quedarse con la opinión del profesional al que se consulta, sino también investigar por cuenta propia”, finalizó la abog

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