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En España, River conquistó América y se quedó con la Copa Libertadores

En España. Tras un partido muy peleado, River marcó la diferencia en el tiempo suplementario y le ganó por 3-1 a Boca en la revancha de la final de la Libertadores para alzar la Copa en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid.

Tras igualar en los noventa minutos, River impuso condiciones en el tiempo suplementario y consiguió su cuarta Copa Libertadores. El equipo de Gallardo, con goles de Pratto, Quintero y Martínez, venció por 3-1 a Boca en el Santiago Bernabéu tras estar perdiendo por 1-0 con un gol de Bendetto y se llevó toda la gloria.

El rendimiento del Millonario fue de menor a mayor y festejó en el suplementario, donde mostró su mejor cara y se aprovechó del Xeneize, que sufrió la expulsión de Barrios por doble amarilla y terminó muy cerca del arco de Andrada. Lo de Boca fue la inversa y por eso no pudo festejar.

En el primer tiempo,  River estuvo impreciso, sin conexiones en la mitad de la cancha y estuvo lejos del arco de Andrada. Boca, por su parte, fue más vertical e incisivo, y sobre el final de esa etapa encontró el ansiado gol en los pies de Benedetto, que definió bárbaro luego de un exquisito pase de Nández.

En esa etapa, el equipo del Mellizo contó con las mejores situaciones. Y por la vía de la pelota detenida, generó peligro. Primero con un remate de Pérez que Armani contuvo bien y luego, a los 27, con otro remate del ocho, que se desvió en Casco y Nández no pudo empujar a la red. Por eso, el gol del Pipa le dio algo de justicia al marcador

En el complemento, y obligado por la necesidad, River salió en busca del empate. Y en pos de eso, puso a Quintero por Ponzio. Lo consiguió por momento y, de a poco, con buenas triangulaciones, se acercó al arco de Andrada. Boca, en cambio, se empezó a replegar para apostar a la contra y a la larga lo pagó muy caro.

En el mejor momento del Xeneize, Pavón tuvo en sus pies un buen contraataque para marcar la diferencia, pero resolvió mal y dejó escapar una buena posibilidad. River no lo perdonó. Y en la jugada siguiente, tras una buena jugada entre Fernández y Palacio, Pratto definió en libertad dentro del área y puso el 1-1.

Ya con River mejor, con una imagen diferente a la del primer tiempo, comenzó a imponer condiciones, pero no pudo desnivelar. Boca se defendió y tampoco atacó demasiado. Por esto, todo se definió en el tiempo suplementario.

En ese tiempo extra,  River fue más ambicioso que Boca, que perdió peso ofensivo y le costó acercarse con peligro al arco de Andrada, y tuvo su premio cerca del final, cuando todo se encaminaba al empate.  A los 108 minutos, y tras una buena jugada, Quintero sacó un violento remate desde el borde del área y desató la fiesta. Algo que se refirmó cuando, con el tiempo cumplido, Martínez anotó el 3-1 para darle una nueva copa a la institución de Núñez.