El golf espera luz verde para volver a jugar

El golf es un deporte de nulo contacto entre personas, disputado siempre al aire libre y con amplios espacios, además de no ser practicado por multitudes como ocurre en otros casos. Sin embargo, la actividad está paralizada al igual que la gran mayoría de las otras en el país.

A través de una carta que envió la Asociación Argentina de Golf al Ministerio de Deportes, se planteó la posibilidad de regresar al juego siguiendo un protocolo sanitario y teniendo los debidos cuidados para evitar los contagios de Coronavirus. A ese pedido se sumó Lomas Athletic y aún esperan una respuesta favorable.

“La apertura del golf supone un grado de riesgo sensiblemente menor que el de muchas de las actividades actualmente exceptuadas”, explican en la carta. Y a esto se acopla Cristian Silva, vicepresidente de la centenaria institución local y presidente del golf. “Estamos esperando que el gobierno dé luz verde para poder empezar la actividad. En la carta demostramos que se puede empezar siguiendo protocolos: jugar con barbijos, anticipando horarios de pegada, con vestuarios debidamente acondicionados, regulando la parte de restaurants”, señaló el directivo.

En este sentido, en el país ya funciona el Golf de Sierra de la Ventana y en Ezeiza se planea abrir las canchas (junto a las de tenis) en los barrios cerrados y para el uso de quienes viven allí. “Nosotros no vamos a hacer nada sin la autorización del Gobierno y respetamos la decisión sanitaria que se tome. Mientras tanto nos vamos preparando, cuidando las canchas, con personal de turno trabajando en ese sentido. La realidad es que los predios de golf tienen 50 hectáreas y, hasta por una cuestión lógica, corres más riesgos yendo a comprar el pan”, agregó.

El problema de no poder jugar engloba dos grandes inconvenientes: el económico y el físico. Sobre el primero, Silva resaltó: “En Lomas, caminan la cancha unas 1.800 personas por mes, entre socios e invitados. Hay muchísimos golfistas sin club que abonan el Green Fee diario (tarifa que cobran los clubes por jugar una determinada cantidad de hoyos) y durante este tiempo no lo hicieron. Eso tiene consecuencias”.

En cuanto a lo deportivo, el perjuicio también es notable. “Un jugador regular, amateur, juega dos veces por semana y después hay chicos que están en el equipo de Lomas (en Primera) que lo hacen más seguido. La mayoría de los golfistas practicaron en su casa con una red o una sábana pero nada se compara a hacerlo en un driving range o un espacio preparado. El perjuicio es bastante y seguramente se va a notar cuando vuelvan los jugadores, no va a ser el mismo rendimiento porque es un deporte muy técnico y mental”, indicó.

Exequiel Rodríguez es golfista del Lomas Athletic y explicó cuál es el panorama que le toca atravesar como deportista en la pandemia. “Como jugador pienso que estaría bueno poder volver porque es muy diferente practicar en casa, tirar pelotas contra una lona, que estar en una cancha y jugar, tener los golpes, el desafío constante. Se pierde un poco la competitividad. Es un deporte bastante individual pero entiendo que quizás es arriesgado por la práctica en sí”, comentó.

Este año había sido designado por la AAG para jugar un torneo representando a Argentina (el 34° Amistad Internacional) y había logrado una victoria nacional en el primero de los cuatro nacional M18 del 2020. Ahora, los desafíos se pospusieron y solo trabaja desde el hogar para mantener un mínimo de actividad. “En estos días colgué una lona en el patio de mi casa, tengo un balde con algunas pelotas  y trabajo técnica, o practico juego corto, tirando a acertar a un balde a unos 15 metros. En lo físico, tengo un preparador con el que sigo rutinas a través de Zoom y, además, hago rutinas de fuerza aparte para aumentar mi masa muscular”, relató. Como todos, deberá esperar para vol