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Después de cinco años prófugo, detuvieron al excomisario Héctor Amarilla

Era uno de los prófugos más buscados del país. El expolicía era buscado por haber asesinado a Nicolás Vázquez en 2013 en Lanús. Fue detenido cuando volvió al país para visitar a su nieto recién nacido.

El excomisario Héctor Alejandro Amarilla era uno de los prófugos más buscados del país. Tenía de pedido de captura internacional y desde 2013 había quedado en la mira de la Justicia, cuando ejecutó de un disparo a Nicolás Vázquez, de 18 años. Los investigadores hace tiempo esperaban que cometiera un error y ese paso en falso finalmente lo dio cuando volvió al país, proveniente de Paraguay, para conocer a su nieto y quedó detenido.

El exjefe de la comisaría Nº2 de Lanús fue atrapado por personal de la Unidad de Inteligencia de Gendarmería Nacional en la localidad de Rafael Calzada, partido de Almirante Brown. Fue sorprendido en traje de baño y ojotas mientras visitaba a su hija que hace pocos días había dado a luz. Portaba una pistola 9 milímetros pero ni atinó a usarla. Cuando los agentes golpearon la puerta, Amarilla sabía que su fuga había terminado.

El 25 de septiembre de 2013, el excomisario vio a Vázquez salir corriendo de un local ubicado en 9 de Julio y Oncativo, en pleno centro de Lanús, luego de que se activara la alarma del negocio. Según la familia del joven, el policía lo persiguió 150 metros y a la altura de Las Piedras al 1400 disparó dos tiros para amedrentarlo. Pese a que el adolescente había levantado las manos y no portaba armas, lo ejecutó de un tiro en el cuello.

Desde un principio, la versión de la Policía fue que se había tratado de un tiroteo. Mientras varios testigos del hecho aseguraron que solamente el comisario había disparado. El registro de las cámaras y los peritajes balísticos derrumbaron la coartada de Amarilla.

Tras una ardua investigación, el exagente quedó imputado por “homicidio doblemente agravado por alevosía y por su condición de funcionario policial”.

La noticia de su captura trajo algo de alivio en la familia de Vázquez. Desde hace cinco años, su mamá, Silvia, y su hermana, Anahí, vienen sosteniendo el pedido de “justicia” y que Amarilla “pague por lo que hizo”. Ahora ese reclamo podrá convertirse en realidad.

"Realmente estamos todos sorprendidos. Esto fue una bomba. Sabíamos que en algún momento iba a caer, porque hace cinco años lo estamos buscando, y finalmente ocurrió. Tengo sensaciones raras, porque yo a mi hermano no lo recupero más, pero no voy a dejar las cosas así", comentó Anahí Vázquez, en diálogo con La Unión.

Ahora la familia espera que el fiscal Nicolás Kazewski avance con las medidas necesarias y la jueza determine cuándo será la fecha definitiva del juicio. "Ahora la causa se va a empezar a mover, se harán pesquisas necesarias, se tomarán testimoniales y quizá todo lleve tiempo, pero vamos a avanzar hasta que Amarilla se siente en el banquillo y reciba la pena más alta por lo que hizo. La vida de mi hermano no me la devuelve nadie", d

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