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Daniel y Manu, padre e hijo apasionados por el teatro, la música y la justicia social

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Uno al frente de El Refugio de Banfield y el otro estudiante en Ceta, los Bastías comparten este amor por las tablas. Además de estar unidos por el vínculo fraternal, coinciden en los gustos artísticos y en su compromiso con las movilizaciones sociales.

Daniel y Manuel Bastías, además del vínculo fraternal, comparten su pasión por la actuación y por el teatro, y también por la música y hasta por vivir la pasión de la calle en algunas marchas.

El “Pelado” Bastías, radicado en Banfield desde hace casi dos décadas, está al frente de El Refugio, y parte de su camino artístico transcurrió en la región.

“Empecé a hacer teatro en Las Nobles Bestias y mis hijos, Manu y Maitne, empezaron a verme desde muy chiquitos. El teatro es muy familiar, la familia siempre acompaña”, le cuenta El Pelado a La Unión.

Manu, el hijo de Daniel, comenzó muy chico en el mundo escénico con La Colmenita, en Remedios de Escalada, donde fue parte de la obra “La Cucarachita Martina”, hasta que en un momento pasó a sumarse a las clases de su padre en El Refugio.

“En un momento me dijo que quería estudiar conmigo. Presentamos una obra, ‘Criaturas’, y ganamos la Medalla de Plata en los Juegos Bonaerenses, en Mar del Plata, después de ganar las instancias municipales y regionales”, recuerda.

Manu, de 15 años, alumno de 4° año del Colegio Bertrand Russell de Banfield, también toma la voz. “Empecé en un centro cultural de Escalada, pero más que una clase de teatro, te enseñaban a cantar y a bailar. Hice un año y dejé. Y en Primer Año de la escuela empecé en El Refugio”, acota.

Muchos dicen por ahí que estudiar con la familia no es fácil y los Bastías no gambetearon a esta regla.

“Siempre venían riñas familiares, sabía que no había estudiado el texto por hacer otra cosa. En un momento me dijo: ‘Pá me voy para Ceta’. Fue como un destete, él está feliz y viene muy contento de las clases”, recuerda Daniel, de apenas 44 pirulos.

De esta forma, Manu pasó a sumarse a las clases de Emiliano Dátola en Ceta Teatro. “Es un grupo de adolescentes, venimos de distintos niveles. Para fin de año quizá preparemos algo”, dice Manu.

Al margen de salir a escena, Manu también colabora en otras tareas dentro del teatro. “Manu es un pibe muy creativo, muy humilde, no se la cree. En las vacaciones vienen a vender pochoclo a El Refugio, le gusta mucho el teatro como ámbito, como lugar”, señala este padre orgulloso.

“Lo hago de buena onda, para ayudar, desde hace tres años. El primero fue más informal, ahora me quiero comprar una pochoclera”, dispara Manu.

La música y la callE.Daniel y Manu comparten también sus gustos por la música, en especial por grandes bandas de rock. “Fue tomando la música que yo fui dejando, le gustan Los Beatles, Queen y los Guns, también compartimos las lecturas y el cine”, dice Bastías padre.

“Escucho a Los Beatles, a Pink Floyd, y voy a ir ver a Roger Waters con mi papá. También me gusta La Beriso, el Indio y Manu Chao, me llamo Manuel por él”, cuenta Manu.

Además, de la música, padre e hijo compartieron marchas, como las del colectivo de Ni Una Menos, entre otras.

Manu tiene las cosas claras y ya está pensando en lo que vendrá. “Nunca pensé en actuar, aunque quizá lo haga como hobby. Voy a seguir Psicología. Igual tengo un par de años para decidirme”, cierra, con toda la vida por delante.

No le dio pelota

Daniel Bastías es hincha de Independiente y desde que se radicó en la región también es simpatizante de Banfield, pero esta pasión no pudo ser transmitida a Manu.

“Soy socio de los dos clubes, uno por tradición familiar y otro por los amigos que hice en Banfield. Lo llevé a ver a Independiente y a Banfield, pero no hubo caso, no le gusta el fútbol”, disparó, jocoso.

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