Dan de alta a la joven herida en un boliche de Pinamar
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La adolescente, de 15 años, que sufrió una fractura de cráneo cuando se encontraba en la discoteca Ku dejó el Sanatorio de la Provindencia y según los médicos no tendrá secuelas.
Paula Guardia Bourdin, la adolescente de 15 años que en la madrugada del viernes sufrió fractura de cráneo mientras bailaba en el boliche Ku de Pinamar, recibió el alta médica en la Clínica La Providencia donde permanecía internada.
Según contó más tarde su papá, la adolescente “no recuerda nada de esa noche ni de algunos eventos anteriores, incluso”.
El médico explicó que la menor tendrá que “hacer un reposo moderado, parcial, en su casa”, y que recién a partir de una evaluación realizada dentro “de 3 a 6 meses” podrá descartarse la existencia de alguna secuela.
Vivé contó que, emocionalmente, la paciente también “está mucho mejor de lo que había estado en el momento de su ingreso” y que paralelamente a la atención médica, recibe contención psicológica para superar este hecho traumático.
Por su parte, el padre de la joven, Humberto Guardia, aseguró que más allá del estado de salud de su hija, que es lo prioritario para la familia, “a nosotros nos importan dos cosas: la verdad y la responsabilidad porque no se puede funcionar en una sociedad” sin ellos.
“Mi hija entró al boliche caminando y salió con una fractura de cráneo, eso tiene que explicarlo el boliche y la justicia", aseveró el hombre y señaló que "todos queremos que cuando nuestros hijos entren a un lugar estén cuidados, que estén protegidos física, psicológica y moralmente. Esto acá no pasó”.
Guardia dijo que la investigación judicial aún no ha podido determinar qué es lo que golpeó a su hija, pero fue algo “que se cayó con tanta fuerza que rompió el hueso frontal que es el más duro del cuerpo”.
“En los testimonios de algunas de las chicas aparece esto de que fue algo más grande que sus cabezas y esto se reitera en varios testimonios más”, dijo.
La adolescente es alumna de cuarto año del Colegio Nacional Buenos Aires y sus padres son funcionarios públicos, pues su madre, María Bourdin, es vocera del presidente de la Corte Suprema y directora del Centro de Información Judicial; y su padre es vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.
