Con un show de goles, River vapuleó a Aldosivi y avanzó de fase
En el monumental. El Millonario goleó por 6-0 al Tiburón y avanzó a los cuartos de final de la Copa de la Superliga. De La Cruz, con tres goles, fue la gran figura.
Pratto, abrazado por Borré, festeja su gol, el cuarto de la faena millonaria.
De La Cruz, de cabeza, anotó su tercer. Fue la estrella de la noche.
Con una sólida producción y sin fisuras, River superó por 6-0 a Aldosivi en el encuentro revancha de los octavos de final de la Copa de la Superliga y así, con autoridad, avanzó a la próxima instancia de este novedoso torneo al cerrar el global por 7-1.
El Millonario quiso liquidar pronto la historia, sin sorpresa, y rápidamente lo demostró. Apretó el acelerador de entrada, con una idea clara de asfixiar el juego de rival, y con eso sorprendió al elenco marplatense, que llegó a Núñez con la obligación de ganar (tras igualar 1-1 en la idea) pero nunca pudo llevar a la práctica su plan.
El equipo de Gallardo, con buenas combinaciones, complicó por las bandas y tuvo el control de las acciones desde el comienzo. Y a los 25, tras un tiro de esquina y una jugada polémica, Borré aprovechó un rebote que lo dejó con el arco a su merced y, sin resistencia, puso el 1-0.
Ese gol fue un duro golpe para la visita, que se perdido en ese fallo dudoso y lo pagó muy caro. Y es que ocho minutos más tarde, y tras una buena jugada (exquisito pase de Pratto), De La Cruz picó sólo por derecha y con un remate cruzado puso el 2-0 y -en definitiva- sentenció la historia.
Todo lo demás estuvo de más. Aldosivi no encontró respuestas en los cambios y River fue el dueño total de las acciones, con la tranquilidad de tener asegurada la victoria y a la espera de la cantidad de goles que podía marcar.
La diferencia entre uno y otro equipo se vio claramente en el segundo tiempo. Y los goles no se hicieron esperar, todos con grandes jugadas.
A los 8, y luego de una buena jugada colectiva, De La Cruz puso el 3-0. Más tarde, a los 23, Pratto anotó el cuarto y, a los 29, el volante uruguayo le puso la frutilla a su mejor producción con la casaca de River. Y a los 38, el pibe Ferreira cerró el festival de goles.
