Con otra sólida actuación, Lanús le ganó a Gimnasia y escala en la tabla
Una máquina de ganar. El Granate, que hace siete encuentros que no pierde, venció por 2-0 al Lobo platense y consiguió su cuarta victoria en fila. Ahora, sueña con las copas.
Sand marcó el 1-0 y llegó a los 109 goles con la camiseta del Granate.
Acosta fue otra vez determinante en el Granate.
Lanús está en alza y los resultados lo avalan. Anoche tenía que ratificar todo lo bueno que había mostrado en los anteriores partidos, y lo hizo de gran manera. Con otra contundente actuación, venció por 2-0 a Gimnasia de La Plata y sumó su cuarto triunfo en fila, el tercero en lo que va del 2019, para salir del fondo y empezar a soñar con las copas.
El Granate, que sumó nueve de nueve en lo que va del año y parece una máquina de ganar, no tuvo un comienzo tranquilo ante el Lobo en la Fortaleza y tuvo que recurrir a sus ídolos (Lautaro Acosta y José Sand) para poner las cosas en orden y encaminarse a una nueva victoria en el año.
En el primer tiempo, Gimnasia, con sus armas y con una idea clara, le tapó bien el circuito futbolístico con un planteo táctico que le salió bien y eso complicó los planes del local, al que le costó generar situaciones y lastimar por las bandas.
Sin embargo, cuando Gimnasia parecía tener todo controlado y Lanús mostraba imprecisiones, aparecieron Acosta y Sand lo destrabaron. A partir de ahí, el local marcó la diferencia y justificó desde el juego un cómodo triunfo, que ya es el cuarto de manera consecutiva.
A los 34, y tras una combinación de los dos delanteros, Piovi derribó al Laucha dentro del área y el Pepe, con su fuerte y preciso remate esquinado, lo transformó en gol para darle tranquilidad a su equipo. Y eso mató las ilusiones de la visita, que perdió la brújula y empezó con las imprecisiones.
Y el golpe letal llegó a los 43 minutos, nueve minutos del primer gol: tras un remate desde afuera del área de Moreno y un rebote largo del arquero Martín Arias, Di Placido capturó la pelota sin marca y, de primera, remató esquinada para el 2-0 del Granate.
Con el 2-0 y una confianza que crece partido a partido, Lanús no sufrió sobresaltos en la etapa final, manejó con tranquilidad la diferencia conseguida y, de contra, tuvo algunas oportunidades para transformar la victoria en goleada, pero no lo pudo conseguir.
Al margen de eso, cerró otro gran partido y, con un nuevo triunfo, se ilusiona con pelear más arriba.
