Banfield se trajo un valioso punto de su visita a Rosario

En un partido chato en Rosario, Banfield hizo su negocio, fue práctico y mantuvo distancias con Newell’s, un rival directo en la lucha por la permanencia.

Las acciones en el Parque no tuvieron la lucidez esperada por parte de ambos. Las imprecisiones casi constantes -y quizás también la presión de la pelea en la que se encuentran- no favorecieron el atractivo del partido.

Banfield, como viene ocurriendo, sufrió por errores no forzados en las salidas desde los pies de los centrales e incluso cuando Vittor retrocedió para armar juego. Sin embargo, la debilidad de los ataques rosarinos favorecieron una noche más bien calma para Conde.

En el aspecto ofensivo, el Taladro atacó de manera aislada, con limitaciones, pero con poco llevó peligro al área rosarina. En ocasiones, una media vuelta de Arias y un tiro libre de Vittor fueron lo más claro. El resto, aproximaciones.

Newell’s, en el arranque, dominó la pelota pero se mostró inconexo en los metros finales y abusó del pelotazo como arma de ataque. La paridad fue total.

En el complemento, el equipo de Kuldelka salió con una postura similar a la de la primera etapa: en terreno visitante y presionando para ser el dueño de la pelota. Sin embargo, rápidamente mostró las mismas debilidades para atacar.

Banfield, con el arma preferida de Falcioni, tuvo una chance clara sobre los 15 con una cabezazo de Carranza que tapó bien Aguerre. Y a los 23, el uno le sacó un disparo cruzado a Arias.

Sin ser ampliamente superior, el Taladro se acomodó, se acercó con centros, en fin, no sufrió lo que se podía esperar de un equipo que venía de cuatro victorias consecutivas en esa cancha.

Los últimos 20 minutos aguantó cuando fue necesario y estiró el trámite para cerrar la obtención de un punto que, a sabiendas de la situación delicada en la que está, terminó siendo un buen negocio.

Falcioni sabe que debe edificar un equipo casi desde las cenizas y por eso busca apuntalarlo de a poco. La gran deuda del Taladro es hacerse fuerte de local y en eso pondrá el ojo ahora el Emperador.