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Banfield se derrumbó y el Rojo se colocó en la pelea

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El Taladro, que ganaba por Simeone, se quebró en cuatro minutos y tiró todo por la borda. Hace seis que no gana. Independiente revivió.

¡Qué lejos quedó aquél triunfo de Banfield sobre Gimnasia! Pasaron seis fechas y lo que siguió no fue casualidad, sino causalidad.

Juega bien el equipo de Vivas. Por momentos. Pero también es barullero, se equivoca y lo paga caro, muy caro. Los experimentados no logran controlar a los más chicos.

No por nada anda por el fondo de la tabla de la Zona 1.

Cuando parecía que el empate conseguido en Rosario iba a marcar un quiebre a favor, sucedió todo lo contrario.

Arrancó bien el local, como siempre. Con Erviti dirigiendo la batuta, tirando caños y tacos. De su zurda salió el centro a la cabeza de Simeone, que se la mandó a guardar a Campaña.

Independiente tenía mucha gente en el medio, pero le ganaron facilmente las espaldas.

El Rojo no tenía salida, las líneas estaban partidas y Vera, solo arriba, se quejaba porque la pelota nunca le llegaba.

Pero Banfield tiene esos ratos que se desploma. Al primer golpe, se derrumba y todo lo bueno queda en el recuerdo.

Llegó el empate inmerecido entre dos ex Banfield. Centro de Toledo, nadie la tocó y Tagliafico le rompió el arco a Navarro. Al rato, Vera peinó un córner y arriba el elenco de Pellegrino. ¡Qué decir ahora!

El Taladro perdió los hilos, no hubo sociedades. A Silva no le validaron el empate, ya que Cuesta sacó la pelota de adentro. Los de Avellaneda no arriesgaron mucho, pero cundo tuvieron sus chances no perdonaron. Como Benítez, recién ingresado, que sacó un derechazo con la marca de Matheu y la metió en el ángulo.

La gente se la agarró con Hilario. Y el equipo perdió claridad, se fue del partido, como en otras tantas tardes.

Los cambios no le dieron resultados. Campaña ni se esforzó en todo el complemento.

Las dudas suelen ser fatales. Y Banfield está llena de ellas desde hace un tiempo. Ahora, deberá ir al Monumental, frente a un River que anda con la cabeza en la Libertadores.

El Rojo, que salió del infierno hace dos fechas luego de varios sinsabores, se ilusiona con dar pelea.

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