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Banfield rompió el maleficio y volvió a ganar en el Florencio Sola

Hubo festejo en el Sur. Con un gol de penal de Nico Bertolo, el Taladro le ganó por la mínima a Estudiantes de La Plata y le puso fin a una racha negativa de diez meses sin lograrlo en el Sur. Ahora, Crespo respira tranquilo.

El desahogo del final explica a la perfección el significado que tuvo para Banfield el triunfo por 1-0 ante Estudiantes de La Plata. Y las razones son claras:le puso fin a una racha adversa de 10 meses sin poder ganar en el Lencho, también significó el primer triunfo de local  de la era Crespo y además, gracias a estos tres puntos, ganó tranquilidad en cuanto a la lucha de los promedios.

Este resultado, muy esperado y ansiado, le permitió cortar una malaria que, con el pasar de los partidos, era cada vez más pesada. Y eso fue lo más positivo que consiguió el Taladro en este duelo ante el Pincha, en el que todo fue muy parejo y las emociones fueron pocas a lo largo de los noventa minutos.

Banfield fue superado por Estudiantes en el amanecer del encuentro, especialmente por el sector de Bravo y Bertolo, pero luego se acomodó en el campo y su nivel creció cuando Dátolo, el mejor del local, empezó a manejar los hilos en la mitad de la cancha.

Esa superioridad, sin embargo, no se tradujo en situaciones de peligro porque, como le pasó en el duelo ante Arsenal, volvió a mostrar falencias en los metros finales y por eso Junior Arias, el flamante refuerzo (firmó el jueves y este domingo fue titular), tuvo pocas situaciones de peligro frente a Andujar.

Por este motivo, Banfield tuvo que sacarle provecho al segundo penal que le cobró el árbitro Arasa (el primero lo erró Dátolo, luego de una mano de Sánchez dentro del área) para marcar una diferencia. Y eso lo logró Bertolo que, con un remate esquinado, facturó en la red la falta que le cometió Andujar tras un error en la salida de visita.

https://youtu.be/4SPuR5B2nlo

Ese festejo, que llegó sobre el final del primer tiempo y significó un mazazo para los dirigidos por Milito, fue lo que le permitió a los de Crespo afrontar el complemento con mayor tranquilidad, sabiendo que lo más difícil ya estaba conseguido.

Con ese panorama, la idea de Banfield, que acumulaba nueve partidos sin ganar en su estadio (cinco empates y cuatro derrotas) y necesitaba ponerle final a la malaria, fue clara: sostener la diferencia conseguida. Y los cambios fueron en sintonía de eso. Primero entró Damonte por Dátolo, luego Gutiérrez por Álvarez y por último Dubarbier por Bertolo.

Así, con esta receta, mantuvo a Estudiantes lejos del arco de Conde, quien tuvo poco trabajo y solo vio en peligro su valla con un remate rasante de Gómez. Lo pudo liquidar con una chance de Arias y otra de Dubarbier, pero falló en el último toque y tuvo que esperar hasta el final para cantar victoria.

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