Los fusilamientos del Pasaje Burton y la Escuela Nº73, en primera persona

NUNCA MÁS. Vecinos lomenses que presenciaron estos dos hechos históricos, en plena dictadura, contaron los detalles que marcaron sus vidas hasta estos días.

Hoy es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia, una fecha para conmemorar a las víctimas de la última dictadura militar, entre 1976 y 1983. Una jornada que sirve para reflexionar y entender las consecuencias de un proceso que se autodenominó Reorganización Nacional y que dejó miles de muertos y desaparecidos. Los fusilamientos del Pasaje Burton, contra el paredón del Lomas Athletic Club y en la Escuela Nº73, en la calle Campos, fueron algunos de los trágicos acontecimientos que mancharon la historia del país. Vecinos lomenses que vivenciaron estos episodios, que según versiones sucedieron en diciembre de 1976 o marzo de 1977, contaron detalles que aún guardan en sus memorias, con el pedido expreso de que nunca más Argentina tenga que atravesar por una situación similar.

Pasaje Burton y la Escuela Primaria Nº73, dos de los escenarios que fueron protagonistas de muertes y asesinatos de personas inocentes en Lomas. Fusilamientos que marcaron la vida de muchas familias, directa o indirectamente, en una de las épocas más oscuras de la historia de Argentina: la dictadura militar de 1976.

UNA MANCHA EN LA HISTORIA ARGENTINA

Patricia Palacios (56) es una vecina lomense que vivió toda su vida en la calle Campos, al lado de la Escuela Primaria Nº73 Domingo Faustino Sarmiento. "Mi mamá, Nélida Camesana, era la portera del colegio. Ella, mi papá, mi hermano y yo estuvimos presentes en el momento de los fusilamientos de diciembre de 1977, en ese entonces tenía 10 años", empezó a contar Patricia sobre uno de los tantos tristes acontecimientos que atravesó el país durante la dictadura.

Pasadas las 12 de la noche sentimos como las paredes del colegio y del lugar donde vivíamos empezaron a moverse, como un terremoto. Claramente esos estruendos eran tiros de ametralladora.

Es que la familia vivía en un pequeño departamento construido por la escuela, ya que la mamá de Patricia también era la casera de la institución. "Pasadas las 12 de la noche sentimos como las paredes del colegio y del lugar donde vivíamos empezaron a moverse, como un terremoto", dijo la mujer. "Claramente esos estruendos eran tiros de ametralladora", agregó Héctor Palacios, hermano de Patricia, que también posee los recuerdos de aquella noche como si hubiesen pasado ayer.

"Mi papá se asomó por la ventana y vio a militares y policías, que se sorprendieron al observarlo. Habían elegido ese lugar porque pensaban que era desolado, pero hubo muchos ojos testigos", sostuvo Patricia, mientras que Héctor reveló fuertes detalles de aquella noche: "Yo también me asomé con mi papá, alcancé a ver tres cuerpos tirados, a los que les tiraban papeles encima y les sacaban fotos. Por la cantidad de disparos, quisieron hacer creer que fue un enfrentamiento, pero no me cabe duda de que fue un fusilamiento".

Las víctimas totales en la Escuela 73 fueron cinco jóvenes: tres fueron fusilados en el paredón de la escuela, mientras que los dos restantes en la esquina de Campos y Lamadrid.

Las víctimas totales en la Escuela 73 fueron cinco jóvenes: tres fueron fusilados en el paredón de la escuela, mientras que los dos restantes en la esquina de Campos y Lamadrid. "Esa noche no pudimos dormir. Al otro día, tipo 7 de la mañana, mi mamá tuvo que limpiar la sangre en el patio de entrada de la escuela", contó Patricia, con mucho dolor y nostalgia en su relato, no solo por los asesinatos, sino por haber descubierto "una Argentina oculta" en plena niñez.

José "Tito" Fiscarelli es periodista, lomense de nacimiento y un fiel testigo de los fusilamientos del Pasaje Burton, ex Pasaje Rinaldi, otra jornada teñida de sangre en Lomas: "Los episodios sucedieron pasadas las dos de la mañana. Los autos y camiones pararon en la calle Nicora, bajaron alrededor de 15 o 20 compañeros que comenzaron a correr en dirección a Alberti y Matheu, donde los esperaba gente que los iba a matar a tiros, muy cerca del Lomas Athletic Club". Rápidamente añadió: "La balacera duró, al menos, 20 minutos. En esas calles se armó una escuadra de muerte. A la media hora ya no había cuerpos ni sangre, solo las marcas de los tiros en la pared".

Los episodios sucedieron pasadas las dos de la mañana. Los autos y camiones pararon en la calle Nicora, bajaron alrededor de 15 o 20 compañeros que comenzaron a correr en dirección a Alberti y Matheu, donde los esperaba gente que los iba a matar a tiros, muy cerca del Lomas Athletic Club. La balacera duró, al menos, 20 minutos.

"El barrio de los ingleses era muy tranquilo y claramente me desperté con el ruido de las balas de ametralladoras, con mucho susto por mis hijos. No llegué a ver el momento en el que bajaron a las personas de la furgoneta, pero dejaron cuatro cuerpos delante del garage de mi casa", agregó Delia, otra vecina, sobre cómo vivió los hechos, con el recuerdo latente de los militares y policías de ese entonces que gritaban "Ejército en acción" a las personas que se asomaban a ver lo ocurrido.

MEMORIA PARA EL FUTURO

"Estos acontecimientos quedarán para siempre en la memoria porque fueron muy traumáticos", sostuvo Patricia, mientras que Delia dijo que, sin importar los pensamientos políticos de aquellos jóvenes asesinados, no era la forma de actuar por parte de las fuerzas de seguridad.

"Aunque es a la vuelta de mi casa, trato de pasar poco por la escuela. Se me vienen muchos recuerdos a la cabeza. Calculo que aún deben estar los agujeros de los disparos en la pared", concluyó Héctor, con un pedido bien claro y expreso que resume el pedido de todos: que nunca más Argentina atraviese una situación similar.