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Silvina Escudero reveló un trastorno que vivió en su adolescencia

salud. La bailarina y actual panelista de Los Mammones reveló un episodio que le ocurrió a 14 años. "Mis amigas y mi familia me rescataron", contó. 

Escudero reveló la problemtica de su infancia

Escudero reveló la problemática de su infancia.

La bailarina y actual panelista de Los Mammones Silvina Escudero se refirió a un tema que nunca antes había tocado públicamente: la lucha que libró contra la anorexia cuando era una adolescente de apenas 14 años.

"A las mujeres siempre nos han castigado mucho por el tema del cuerpo: si tenés celulitis, flacidez, estrías, un grano, si engordaste o si tenés el pelo más largo o más corto. Siempre nos miran con una lupa y yo pertenecí a esa industria porque trabajo desde los 13 años. Te digo más: yo misma estuve siempre bajo mi propia lupa. Hoy me miro al espejo y me quiero, me gusto y me acepto con mis defectos. Me parezco hasta más atractiva con mis defectos que quizás a los 20 no tenía", sostuvo.

Al ser consultada por la Revista Pronto si de adolescente tuvo desordenes alimenticios, respondió: "Cuando era muy chiquitita tuve un tema heavy ahí. A los 14 años estuve mucho tiempo casi sin comer, comiendo muy poquito. Por suerte, mis padres rápidamente se dieron cuenta. Hacía mucha actividad física, con tres clases diarias de dos o tres horas cada una, solo comía una manzana y eso el cuerpo no lo puede sostener. No era sano y hoy me parece que es el momento ideal para poder visualizar esta problemática"

"Claramente fue anorexia. ¿Cómo salí? Gracias al apoyo de mi familia y de mis amigas. Cualquiera que me conoce, sabe que tengo una red de amistades muy fuerte. De chica, me decían Roberto Carlos porque tenía y tengo un millón de amigos, que conservo hasta el día de hoy y que son los mismos de siempre. Mis amigos son mi familia y recuerdo que en aquel momento, una de mis amigas llamó a mi mamá para decirle que en el recreo había comido solo una manzana. Pensá que iba a un colegio de doble escolaridad, de las 8 de la mañana a las 5 de la tarde y de ahí me iba a ballet, zapateo americano, tenis. Entonces, fue un proceso duro el que viví pero por suerte bastante acotado. No lo sufrí por años porque mi familia y mis amigas me rescataron"

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