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"La inteligencia ha sido el nudo de la represión"

DERECHOS HUMANOS. El juicio del Pozo de Banfield se reanudó hoy, después de dos semanas, con la exposición de la especialista Stella Maris Segado.

El Pozo de Banfield ubicado en la esquina de Siciliano y Vernet

El Pozo de Banfield ubicado en la esquina de Siciliano y Vernet.

Con la exposición de la licenciada Stella Maris Segado sobre cómo funcionó el sistema de inteligencia dentro del aparato represivo ilegal que desplegaron las Fuerzas Armadas durante la última dictadura militar se reanudó este martes el juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en las Brigadas de Investigaciones de Banfield, Quilmes y Lanús.

A través de videoconferencia, durante casi dos horas, la ex directora de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa de la Nación ilustró detalladamente cómo en los años de plomo estuvo organizado el sistema de inteligencia nacional y cómo operó en el territorio en base al análisis de archivos, documentos oficiales, reglamentos, leyes y decretos.

"La inteligencia ha sido el nudo de la represión. Sin inteligencia jamás podría haber habido este nivel de represión y lo mismo con las operaciones, todo esto va de la mano", señaló la investigadora durante las preguntas de la querella.

En el primer tramo de su exposición Segado relató cómo el ciclo de inteligencia forma parte de toda la estructura inteligencia y luego expuso los roles de cada uno de los sectores del Ejercito, cómo se articulaban las cadenas de mando, cuáles eran sus objetivos, cómo se movían, qué participación tuvieron en cada actividad y qué buscaban.

"Hace 18 años que me dedico a la reconstrucción de los circuitos represivos, y las misiones, las funciones y la organización del Ejército ha sido igual en todo el territorio nacional", aseguró la licenciada.

Por momentos Segado compartió documentos del Archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), ordenes de operaciones secretas de los altos mandos militares, y en ellas se pudo ver que inquietaba a los militares y cuáles eran sus blancos: las organizaciones armadas, los estudiantes y los obreros.

"¿Estarían las organizaciones en capacidad de influir negativamente en las acciones del Gobierno? ¿En qué grado? ¿Con qué apoyo? ¿En qué ámbito?", reflejó el Anexo 3 de la Orden de Operaciones 9/77 que tiene más de 300 fojas. ¿Las organizaciones de frente y agrupaciones que apoyan la subversión mantendrán o incrementarán su accionar".

Lo que desvelaba a los militares era saber todo y tener el control de todo. De hecho, de la exposición de Segado se desprendió cómo trabajaban los espías que se infiltraban en las organizaciones y en distintos ámbitos de la sociedad, y cómo luego la información circulaba por los distintos mandos de autoridad, incluso hasta la Policía.

Tras las preguntas de las querellas, el presidente del Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, Ricardo Basílico, dictó un cuarto intermedio hasta el próximo martes a las 9.30 cuando deberá declarar la periodista y escritora Stella Caloni.

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