Es de Fiorito, maradoniano de ley y el primero en despedirlo

Recuerdo imborrable. Nahuel De Lima se crió en el mismo barrio que Maradona, jugó en las mismas calles, siempre lo admiró y tuvo el honor de ser el primero en darle el último adiós.

Mirando al cielo antes de entrar a despedir a Diego

Mirando al cielo, antes de entrar a despedir a Diego.

No lo vio jugar mucho a Diego Armando Maradona, pero se crió en el mismo barrio, ese lugar que Diego nunca olvidó, y eso lo unió de una manera especial con él. Por eso, al enterarse del fallecimiento del astro del fútbol, no lo dudó. Se fue directo a Casa Rosada, pasó toda la noche en la Plaza de Mayo y tuvo su merecido premio: fue el primero en entrar al velatorio y despedirlo personalmente.

 El protagonista de esta historia es Nahuel De Lima, un joven de 30 años y criado en Fiorito, donde el Diego pasó sus primeros años de vida y empezó a enamorar con su talento, y por ese luego en común se forjó ese amor genuino por el futbolista más importante de la historia, tanto por ser un futbolista "extraordinario" como por ser "un defensor de las causas justas".

"Yo soy Fiorito, de un barrio bajo, y sentí la necesidad de estar ahí. Uno nunca se olvida de donde viene y eso está bueno, y eso también era el Diego, que nunca se desentendió y jamás se olvidó de sus raíces. Eso lo emanó con el pueblo. Siempre tuvo sentido de clase, sabía por qué luchar y siempre de la misma vereda, con los más humildes y luchando por lo que creía justo", comentó Nahuel durante una charla con Diario La Unión, quien muchas vivía a pocas cuadras de la casa de los Maradona en Fiorito y muchas veces pasó por ese lugar donde crío el astro del fútbol mundial.

 Estos sentimientos lo trasladaron hacia a la Plaza de Mayo con unos grupo de amigos de Los Andes, el club del cual es fanático y en el que realiza un gran trabajo en el departamento de Discapacidad, para poder despedir en persona a "Pelusa". Por eso, en horas de las tarde se puso primero en la fila y empezó hacer la vigilia, a la espera de que llegue el momento del ingreso. Fue una noche "larga y difícil" por la cantidad de personas que se acercaron con el paso de las horas, pero no mermó su deseo y pudo cumplir su objetivo.

"Fue muy emocionante cuando entré a la Casa Rosada. Lo que recuerdo es que tuve la suerte de poder estar cinco o diez minutos para brindarle todo mi respeto y todo mi cariño como hincha y amante del fútbol. De la emoción que me invadió, lo único que pude decir fue 'gracias maestro' y, ante ese respeto y el amor que siento por Diego, la familia se levantó y me aplaudió. Y eso es un recuerdo que me llevaré para siempre", comentó sobre ese momento único. 

"Diego es la reivindicación de las personas humildes y que de un lugar humilde se puede salir y triunfar. Eso es el Diego para mí. Él nunca se olvidó de sus orígenes, siempre peleó por las causas más justas y así lo recuerdo. Fue un luchador y un jugador extraordinario", cerró.

SU ROL EN LOS ANDES

Hace tres meses, Nahuel lleva adelante un gran trabajo en el Milrayitas, el club de sus amores, con la creación del Departamento de la Discapacidad, con el que buscan promover la inclusión y construir un club más solidario.

"Estamos recién empezando y de a poco me voy conectando con diferentes hinchas para que vuelvan a la cancha, ya que también merecemos disfrutar un partido de fútbol. Y con esa premisa, me voy acercando. Hoy somos 15 los miembros del departamento y ya hay arquitectos trabajando para planificar algunas obras. Será muy importante que en cada en tribuna del estadio estén los accesos necesarios y los baños correspondientes, como así también un lugar en la zona de platea. Queremos un club inclusivo", remarcó.

En ese sentido, se mostró contento por la recepción de los hinchas y calificó como "muy positivo" que los socios s se quieran sumar a este proyecto. "Es importante que los hinchas entiendan que los chicos con discapacidad tienen que tener su lugar, ya que eso también hace a la vida social de un club deportivo y solidario como lo es Los Andes", recalcó. 

Y concluyó: "Yo quiero que todos los chicos puedan hacer una actividad y se sientan realizados, se sienta capaz y feliz de venir a Los Andes a realizar una actividad en el club. Ese es mi gran anhelo. Todos los chicos con discapacidad tiene que tener un desarrollo pleno de su vida social y en su vida deportiva".

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