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"Es un dolor tremendo lo que estamos pasando"

A CINCO MESES DEL CRIMEN. Alicia Cáceres, la madre de Daiana Castillo, incansablemente lucha por que haya avances en la causa de su asesinato, pero hasta ahora no lo consigue.

Alicia Cceres desde hace cinco meses viene pidiendo justicia

Alicia Cáceres desde hace cinco meses viene pidiendo justicia.

Alicia Cáceres mastica bronca. Pasan los días y siente que la causa de su hija, Daiana Castillo, no avanza. A cinco meses de su muerte, hasta ahora hay un solo detenido por el asesinato de la joven: Ezequiel Mego, conocido como "Anquito". Pero sus cómplices continúan libres. Por eso, la mujer no baja los brazos y sigue pidiendo Justicia: "Queremos que paguen los que hicieron esto, lo que estamos pasando es un dolor inmenso".

Esta semana, acompañada por familiares, Alicia se acercó hasta los Tribunales de Lomas para intentar obtener una audiencia con la fiscal de la UFI N° 4, Silvia Estévez, a cargo de la causa, algo que finalmente no consiguió. Lo que fue a buscar fue "respuestas", dice. No puede entender cómo si los amigos de Daiana identificaron a las otras tres personas que iban arriba del auto que la atropelló, aún no fueron detenidos.

"Cada vez que me comunico con la fiscalía me dicen que están trabajando, que están con el caso, pero no me dan ninguna buena noticia, eso a mí no me sirve. Si es que están trabajando, si es que los están buscando, que me muestren algún avance, porque yo hoy no lo veo", apuntó indignada.

Su principal temor es que, ante la falta de avances, la causa termine quedando en la nada. "La fiscal me dijo que si no alcanzan las pruebas contra este pibe (Anquito) puede salir libre en 10 meses. ¿Cómo me van a decir eso, cuando están las declaraciones de los amigos (de Daiana) que lo reconocieron (durante el momento del robo)?", se preguntó.

Hasta el momento el testimonio más fuerte que señala a Mego como partícipe del hecho es el de Franco, el amigo de Diana que iba manejando la moto en la que la joven iba la madrugada del 7 de junio. "Él lo tuvo enfrente cuando lo estaba apuntando con el arma", explica la madre. La otra testigo clave es Marilú, quien los acompañaba.

"¿Cómo puede ser que su testimonio no valga? ¿Qué más pruebas necesitan?", insiste y mientras la voz se le tensa cuando habla.

Ante toda esta situación, el abogado de Alicia hace meses presentó un escrito para poder tener acceso al expediente e impulsar la investigación, como particular daminificado, pero según dijo la madre de la joven hasta el momento no recibió ninguna respuesta de parte de la fiscal.

Frente a esto, la mujer es contundente en su planteo. "Quiero que (la fiscal Estévez) se retire del caso porque no veo que haga absolutamente nada para llegar a la verdad y darme algo de justicia, es indignante", apuntó.

"No es muy descabellado lo que pedimos, nosotros lo que pedimos es Justicia. Porque mi hija no se merecía que le hagan eso. Era una chica que trabajaba, no molestaba a nadie y solamente porque salió a comprar dos minutos, le sacaron la vida estos asesinos, delincuentes", sentenció.

La madrugada del domingo 7 de junio Daiana y su amiga Marilú estuvieron empaquetando ropa que vendían a través de redes sociales hasta la una y media de la mañana. Luego las pasó a buscar un amigo y salieron a comprar.

Franco Leguizamón era quien manejaba la moto, Marilú y Daiana iban atrás, en ese orden. A la altura de Espronceda y Puerto Argentino, se les atravesó sorpresivamente un auto. Franco logró esquivarlos, pero la segunda vez perdió el control y cayeron al suelo. Daiana salió volando contra el cordón, Marilú quedó tendida en la calle y Franco del otro lado.

En ese instante, uno de los ocupantes del auto salió y le apuntó con un arma a Franco. Quería la moto. Marilú intentó sacarse el casco y reincorporarse, y le apuntaron a ella. Daiana miraba toda la situación a pocos metros. Cuando de repente giró cabeza, vio que el Fox daba marcha atrás y se le venía encima. Le aplastó una de las piernas.

Pero no todo terminó ahí. La joven se arrastró contra el cordón como pudo para zafarse, pero el auto volvió a acelerar y la pasó por arriba por segunda vez. En el barrio se escucharon los gritos de dolor. "¡No, por favor, basta!", exclamó Daiana. Era tanta la desesperación de la joven que los vecinos se despertaron y salieron a ver qué pasaba.

Familiares, amigos y conocidos de Daiana Castillo, la joven que murió tras ser atropellada durante un robo en Centenario, volverán a movilizarse el próximo jueves desde la esquina de Laprida y Quiroga hasta los Tribunales de Lomas para exigirle a la fiscal Silvia Estévez avances en la causa.

A casi cinco meses de su muerte, su madre, Alicia Cáceres, y su hermana, Mailén, insisten en que la investigación a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 4 está prácticamente paralizada. "La fiscal que está a cargo del caso no se mueve para nada", aseguran con bronca.

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Las dos mujeres, el 13 de octubre pasado, acompañadas por un puñado de vecinos y allegados, ya habían encabezado un corte en pleno Puente La Noria. Reclamaron que el caso no quede impune y la remoción de la fiscal Estévez.

La angustia de la familia es que a medida que pasa el tiempo los responsables de la muerte de Daiana continúan libres. Hasta el momento hay un solo detenido por el hecho, Ezequiel Mego, conocido como "Anquito", pero la banda que asaltó y atropelló aquella noche a la joven tendría al menos cuatro integrantes sospechan.

La otra preocupación es que si no aparecen nuevas pruebas, en muy pocos meses, el hasta ahora único detenido podría recibir la prisión domiciliaria o directamente podría salir en libertad.

"Solo pedimos justicia para que no haya otra chica como a mi hermana que la mataron para robarle la moto. No queremos que sus asesinos anden como si nada en la calle, solo queremos que nos escuchen y que se haga justicia", aseguró Mailén.

La madrugada del domingo 7 de junio Daiana y su amiga Marilú estuvieron empaquetando ropa que vendían a través de redes sociales hasta la una y media de la mañana. Luego las pasó a buscar un amigo y salieron a comprar.

Franco Leguizamón era quien manejaba la moto, Marilú y Daiana iban atrás, en ese orden. A la altura de Espronceda y Puerto Argentino, se les atravesó sorpresivamente un auto. Franco logró esquivarlos, pero la segunda vez perdió el control y cayeron al suelo. Daiana salió volando contra el cordón, Marilú quedó tendida en la calle y Franco del otro lado.

En ese instante, uno de los ocupantes del auto salió y le apuntó con un arma a Franco. Quería la moto. Marilú intentó sacarse el casco y reincorporarse, y le apuntaron a ella. Daiana miraba toda la situación a pocos metros. Cuando de repente giró cabeza, vio que el Fox daba marcha atrás y se le venía encima. Le aplastó una de las piernas.

Pero no todo terminó ahí. La joven se arrastró contra el cordón como pudo para zafarse, pero el auto volvió a acelerar y la pasó por arriba por segunda vez. En el barrio se escucharon los gritos de dolor. "¡No, por favor, basta!", exclamó Daiana. Era tanta la desesperación de la joven que los vecinos se despertaron y salieron a ver qué pasaba.

Ese mismo domingo Daiana estuvo en el Hospital Gandulfo y los médicos le realizaron le realizaron curaciones. Tenía una herida profunda en la entrepierna, pero no había ninguna ginecóloga disponible para tratarla. A las 14 recibió el alta.

El lunes lloraba del dolor. Su madre le limpiaba la herida y le salía pus. El martes la tuvieron que llevar de nuevo al hospital y la operaron. "Nos dijeron que tenía una infección terrible, la anestesiaron y la intubaron", contó Alicia en ese momento a La Unión. Sufrió tres paros y se murió el miércoles.

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