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Etchecolatz: "Yo no maté, yo batí en combate, que es distinto"

DESDE LA CÁRCEL. El represor se negó a declarar ante el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata durante la segunda audiencia del juicio por los crímenes cometidos en el Pozo de Banfield.

El expolicía por videollamada desde la Unidad de Campo de Mayo

El expolicía por videollamada desde la Unidad de Campo de Mayo.

El represor Miguel Osvaldo Etchecolatz se negó a ser indagado este martes por el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 1 de La Plata, que lo juzga por delitos cometidos contra casi 500 personas durante la última dictadura militar en los centros clandestinos de detención de conocidos como el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno de Avellaneda.

Al ser interpelado por los jueces, Etchecolatz habló con la frialdad que lo caracteriza. "Yo no maté, yo batí en combate, que es distinto", sentenció desde la Unidad Penitenciaria N° 34 de Campo de Mayo, donde se encuentra detenido. Con una cruz enorme colgando en su pecho, el ex policía nuevamente no se hizo cargo de sus actos y los reivindicó

"¿Ante quién voy a declarar?", se preguntó. "Ustedes no tienen autoridad para actuar. Necesito que me interroguen los jueces que estaban en ejercicio de sus funciones en ese momento; es decir la justicia militar", dijo en tono desafiante, mirando directamente al frente a la cámara que lo grababa desde la pequeña sala por donde seguía el juicio.

Con una cruz enorme colgada en el pecho, el ex jefe de investigaciones de la Policía Bonaerense aseguró que tiene "mucho para declarar de esos acontecimientos que pusieron en peligro a la Patria", pero sostuvo que no lo puede hacer ante jueces civiles, y después se victimizó.

"Hay un deseo de venganza, hay necesidad de condenar. Lo tengo como prueba con las 8 condenas. Procéseme, ya no me lastima, no siento dolor, siento tristeza de como se maneja la justicia en la Argentina. Estamos desunidos. Prima el odio, la separación. No buscamos la verdad. Nosotros defendimos las instituciones", espetó.

Sin moverse de su discurso, Etchecoltaz volvió a considerar que lo que ocurrió en esa época fue "una guerra" y hasta se animó a desafiar públicamente a los miembros del Tribunal. Señalándolos con el dedo les preguntó: "¿Ustedes creen que estarían ahí de haber triunfado los jóvenes idealistas que pretendían tomarlo todo?

"Serían fusilados por ser integrantes de la burguesía!", les dijo intentando poner un tono de voz más fuerte a pesar de su aspecto lánguido, débil, producto de sus 91 años.

Sobre el final, aseguró que con su desempeño defendió las instituciones y se vanaglorió de su accionar. "Todo el ejercicio como funcionario público está revestido con honestidad. Nadie puede señalarme que yo me quedé con algo o que transgredí una cultura de derecho u honestidad, sin embargo quienes han robado nos siguen gobernando todavía", insistió.

Y concluyó: "Condénenme como quieran. Me siento orgulloso de haber defendido a la patria"

Desde el martes pasado el TOF N° 1 juzga al ex mano derecha del general Ramón Camps y a otros 17 represores por los secuestros, torturas, abuso sexual, secuestro y robos de bebés y homicidios cometidos durante la última dictadura militar en el los centros clandestinos del denominado "Circuito Camps".

El Tribunal, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, comenzó este martes con las indagatorias de Etchecolatz, al ex ministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime Smart y al ex médico policial Jorge Antonio Berges, y al jefe del Pozo de Banfield, Juan Miguel Wolk, entre otros.

A Etchecolatz se le atribuye "haber formado parte de un aparato organizado de poder que sustrajo, retuvo y ocultó a los siguientes niños y niñas menores de diez años: María José Lavalle Lemos y Martín Ogando Montesano, quienes permanecieron detenidos ilegalmente" en el Pozo de Banfield, según consta en la requisitoria de elevación a juicio.

También se le imputa el homicidio calificado por haberse cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas, en perjuicio de 5 personas; y el abuso sexual con acceso carnal haciendo uso de fuerza e intimidación agravado por resultar un grave daño en la salud de la víctima y por cometerse con el concurso de dos o más personas, en perjuicio de Nélida Ester Lastreto y Valeria del Mar Ramírez, la primera trans querellante en este juicio.

La requisitoria de elevación a juicio por lo ocurrido en ambos Pozos y en El Infierno imputa al represor "delitos contra el Derecho de Gentes, en particular como Crimen de Genocidio y delitos de Lesa Humanidad de manera concurrente o alternativamente".

El megajuicio se estima que podría extenderse como mínimo hasta finales de 2021 y que contará con las declaraciones de alrededor de 470 testigos. Las audiencias se realizarán todos los martes, por el momento, a través de videoconferencia, y una vez que el Gobierno disponga el levantamiento de la cuarentena de manera presencial.