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La Suprema Corte ratificó la condena a la banda de "usurpadores VIP "

FINAL PARA UN CASO ATRAPANTE. El máximo tribunal de la provincia de Buenos Aires rechazó el recurso de nulidad presentado por los abogados defensores de Eduardo Salvadores, Rosada Capotosti y Ricardo Manestar.

La Suprema Corte bonaerense rechazó el pedido de nulidad y confirmó la condena a una banda de usurpadores VIP, integrada por un reconocido operador inmobiliario, una abogada y un comerciante que se apoderaban de casas de alto valor en zonas de Temperley, Adrogué y Recoleta.

En una resolución de 88 páginas, el máximo tribunal de la provincia denegó el recursos de inaplicabilidad de la ley presentados por los abogados de los acusados y ratificó la sentencia emitida por el juez en lo correccional de Lomas de Zamora, Ignacio del Castillo, en 2017.

El bróker inmobiliario Eduardo Salvadores, la abogada Rosana Capotosti y el comerciante Ricardo Manestar recibieron penas de entre tres años y 18 meses de prisión, en suspenso. Ninguno de los tres terminó en prisión debido a que las penas no son de cumplimiento efectivo.

UN ACCIONAR MAFIOSO

La banda tenía un mecanismo aceitado: mandaban gente de su confianza a ocupar las viviendas. Una vez adentro, buscaban escrituras y manuscritos de los propietarios fallecidos para simular un testamento o elaboraban pagarés fraudulentos sobre deudas que nunca se contrajeron

Luego de tomar la posesión del inmueble comenzaba el proceso para "empapelar" la casa en favor de alguno de los miembros de la organización para su posterior venta. Usualmente atacaban en casas donde no hubiera herederos, así todo el proceso se tornaba mucho más "sencillo".

"Yo te peleo hasta con el hermano reclamándomelo, así que imagínate lo que puedo hacer sin nadie", sostenía uno de los acusados durante una conversación telefónica con su suegra, según una de las escuchas incorporadas durante el juicio que se realizó en noviembre de 2017.

Las escuchas fueron una prueba clave para probar la participación de los tres imputados en la usurpación de la vivienda de la artista plástica Nelia Licenziato, en Adrogué. Esa investigación fue el hilo que permitió descubrir una red de estafas mucho más grande.

Licenziato nunca se casó y no tuvo hijos. Entonces, su sobrina, Olga, se hizo cargo de la casa de Amenedo 130, a partir de la presentación de un testamento falso, elaborado por Salvadores. Luego del fallecimiento de Licenziato, la sobrina firmó un poder en favor de Salvadores y Capotosti.

Al mismo tiempo Salvadores presentó pagarés a su favor firmados por Licenziato en los que, ante la falta de pago de una sola de las cuotas, la artista plástica cedía todos sus inmuebles al operador inmobiliario.

La maniobra fracasó porque los familiares de Licenziato habían presentado un reclamo previamente. El caso de la reconocida artista plástica sirvió para descubrir que los involucrados intentaron quedarse con la casa de otra mujer, Margaret Henderson, en el barrio inglés de Temperley

En ese caso, Salvadores acordó con un hombre y una mujer para que se metieran en la propiedad, antes que nadie. Colocaron una cadena con candado en la reja de entrada y se atrincheraron puertas adentro. Pero, un día, cuando la policía fue a constatar la situación, los ocupantes dieron un paso en falso que puso al desnudo toda la operación.

La mujer negó una usurpadora, mostró un contrato de alquiler y mencionó a Salvadores. Eso derrumbó toda la coartada. Además, el bróker inmobiliario y sus cómplices nunca lograron conseguir los elementos necesarios para "armar las cosas" y apoderarse definitivamente de la casa.

No obstante eso, nunca terminaron tras las rejas, porque las condenas que recibieron los miembros de la banda no son de cumplimiento efectivo

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