"Debemos generar compromiso en los más jóvenes"

A pulmón. Alejandro Ipucha, presidente del Club Mármol, habló sobre el rol de las nuevas generaciones en los clubes de barrio y su vínculo con las instituciones.

Ser dirigente de un club de barrio es, a grandes rasgos, un trabajo arduo. Si bien tiene su lado bueno, la realidad es que generalmente suele recaer sobre sus espaldas una responsabilidad grande que engloba, como mínimo, a más de un centenar de personas.

Ese rol solidario, ad honorem o "por amor al club", como dicen ellos, se ve reflejado en la gran mayoría de estas entidades que, en particular durante la pandemia, han cumplido un papel preponderante para su barrio.

El caso del Club Mármol es similar al de muchos otros. Malas gestiones que lo pusieron al borde del abismo, un grupo de ex jugadores que se reunió para salvarlo, un enorme trabajo a diario para la recomposición y, de golpe, el Coronavirus obligándolos a cerrar las puertas más de medio año. "La situación es muy difícil para todos. Nosotros gracias a una buena administración y al apoyo de los socios que aportan una cuota todos los meses, podemos seguir con vida pero la realidad es que solo estamos aguantando y a la espera de que esto se pueda regularizar en algún momento", contó Alejandro Ipucha, presidente de la institución.

De recibir 200 chicos y chicas que practican baby fútbol, patín, gimnasia artística y taekwondo a la nada misma. Una historia que se repite en cada rincón del país. "Los chicos están cansados de la situación pero no hay alternativa. Hay que esperar. Muchos nos llaman para saber cuándo abrimos pero yo soy de la idea de que hay que respetar lo que decidan los municipios, los protocolos. Es una situación difícil donde uno ni siquiera tiene experiencia en el tema como para saber qué hacer", explicó.

Lo que sí sabían en Mármol y aplicaron a la perfección es la instalación del club en el corazón de los más chicos. Con la paciencia y los tiempos que precisan los vínculos más sanos, lograron que las nuevas generaciones sientan ese mismo arraigo por la institución que los hizo volver a ellos cuando el club los llamó. "Nosotros queremos que los chicos estén en el club, lo sientan. Debemos generar compromiso en los más jóvenes y, para ello, por ejemplo a los que se retiran los invitamos a que se sumen a dirigir a alguna categoría o a que continúen en el club en algún espacio. Con 15, 16 años, ya están asumiendo responsabilidades con su club. Cuando son más chicos, cada vez que terminan un partido les damos un sanguche, o una gaseosa, y nos sentamos a charlar, a hablar entre nosotros, a generar ese vínculo que después queda", destacó Ipucha.

Y contó su caso personal y el de la actual Comisión Directiva. "Yo nací en Mármol y viví toda la vida a la vuelta del club. Al ver que estaba en una situación difícil, nos juntamos un par que jugábamos en la categoría '74 y lo sacamos a flote. Por amor al club únicamente. ¡Mirá si no sirve el arraigo! 40 años pasaron y estamos acá. Yo soy segunda generación de dirigentes porque mis papás, abuelos, suegros ya eran parte del club. Y cada integrante del club trabaja poniendo horas de su día acá, así lo estamos recuperando", concluyó.

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