También hay un Día Nacional del Agua

Mundos personales. En paralelo con la jornada Mundial, en Argentina exactamente hace medio siglo comenzaba a tratarse formalmente el uso de este recurso. 

Concientizar sobre el uso del agua

Concientizar sobre el uso del agua.

Con escasos días de diferencia coexisten el Día Mundial del Agua y el Día Nacional del Agua, sin que una fecha inhabilite a la otra. 

Pero centrándonos en lo que pasaba en Argentina, hace ya 50 años, el 31 de marzo de 1963 tuvo lugar en Córdoba el Primer Congreso Nacional del Agua de Argentina. 

A propósito de su característica de región semiárida, en los inicios de la década de los años '60, la provincia de Córdoba era líder en la actividad de ingeniería asociada a sus recursos hídricos.

Entre los proyectos y obras que por entonces se analizaban dentro de la Dirección General de Hidráulica (DGH) se encontraban presas para usos múltiples, sistemas de riego, acueductos, obras hidráulicas menores, entre otras iniciativas. 

La fecha fue elegida, en definitiva, para celebrar los 25 años de la DGH de Córdoba. En aquella Primera Edición del Congreso se instituyó al 31 de Marzo como Día Nacional del Agua, decisión que posteriormente se extendió con alcance nacional en 1972.

La decisión Argentina precedió en 21 años a la declaración del 22 de Marzo como Día Mundial del Agua, promovida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1993. Desde entonces coexisten en Argentina ambas fechas, manteniéndose la importancia y trascendencia de cada una de ellas.

Posteriormente tuvieron lugar otras menciones como el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua 2013 y el Decenio "Agua para el Desarrollo Sostenible", 2018-2028. Todo esto remarca la idea de la ONU de que el agua es fundamental para el desarrollo y la paz mundial.

Las presas, diques y embalses del país cumplen diferentes propósitos, entre ellos se pueden mencionar, como proveer agua para el consumo tanto humano como industrial, transformar en áreas cultivadas aquellas regiones que eran verdaderos desiertos.

También sirven para atenuar los riesgos producidos por crecidas, producir electricidad a partir de la energía hidroeléctrica, una energía limpia y renovable, y promover el turismo y esparcimiento a través del uso recreativo de los embalses. 

El agua dulce es uno de los recursos más limitados, de mayor degradación y cada vez más costoso para su obtención y que su crítico estado pone en riesgo la supervivencia del hombre y la del planeta.

Poco más del 70% de la tierra está cubierta por el agua, de ese total poco más del 97% es agua salada presente en océanos y mares y menos de 3 porciento es agua dulce, es decir apta para el consumo humano. Es por ello que la conciencia y racionalización del agua es fundamental para la vida de todos.

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