Llamaron Temperley a una ballena en la ciudad del fin del mundo

DE LOMAS A USHUAIA. Fue avistada por Sheila, una fotógrafa lomense que se mudó a Tierra del Fuego. Le dijeron que le ponga nombre y no dudó en llamarla igual que su barrio.

Cuando Sheila Dell' Arciprett empezó una nueva vida en Ushuaia, no tardó en extrañar el lugar que la vio crecer. Nació en Temperley, se crió en esta localidad y siempre fue fanática del Gasolero. Todos esos recuerdos quedaron a más de 3.000 kilómetros de distancia, pero ella se las ingenió para que su barrio esté presente en la ciudad del fin del mundo. Su trabajo como fotógrafa le permitió avistar una ballena y tuvo la chance de elegirle un nombre: no dudó en llamarla "Temperley".

La joven de 29 años se mudó a Tierra del Fuego hace seis meses. El frío verano de Ushuaia la encuentra trabajando para una empresa de fotografía dentro de los catamaranes, los cuales hacen excursiones en el Canal de Beagle, pasando por el faro Les Éclaireurs y la Isla Martillo, donde están los pingüinos. De vez en cuando también se ven ballenas que pasan por el canal hacia la Antártida, en busca de alimento.

"Yo hago fotos a los turistas, les vendo las fotos que les hago con el faro, con los pingüinos y los lobos. Dentro del canal podés ver ballenas jorobadas, ballenas sei, delfines, lobos marinos y distintas aves marinas. No hacemos avistajes de ballenas, pero a veces se nos aparecen muy cerca de los catamaranes y paramos a verlas, entonces yo aprovecho para sacar fotos", comentó Sheila en charla con La Unión.

En esa zona se encuentra el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), dependiente del Conicet. "Se encarga de ver si las ballenas llegaron al canal, si las que vinieron son ballenas viejas o nuevas y en qué parte del canal están, entre otras cosas. Nosotros le mandamos las fotos que sacamos para que ellos sepan de las mismas", explicó Sheila. Fue así como en medio de la rutina de su trabajo, la fotógrafa lomense cumplió un sueño el pasado 31 de enero.

"Le saqué fotos a mi primera ballena, la cual no estaba en el catálogo de ballenas que vinieron al canal. Entonces la gente del CADIC decidió dármela y que la bautice con un nombre, ya que ella o él es una ballena nueva", relató. Entre tanta emoción, Sheila no pensaba desaprovechar semejante oportunidad y eligió un nombre que la identificara a ella y al barrio que la vio nacer: "Al darme esa hermosa noticia, decidí ponerle Temperley a la ballena. Esto es algo muy importante para mí. Era un sueño ver a una ballena y esto fue tremendo".

Desde ya que las explicaciones sobran, pero Sheila se emociona al contar las razones que la llevaron a elegir ese nombre para la ballena: "Cuando me preguntaron por qué Temperley, dije que Temperley es mi barrio, mi club, mis amigos, mi familia, una de las cosas más lindas de mi vida. Y que él o ella lleve este nombre y que cualquiera que venga al Canal de Beagle y sepa que Temperley existe, me llena de orgullo. Me gustaría que mi barrio sepa que existe una ballena en nombre de ellos".

Temperley es mi barrio, mi club, mis amigos, mi familia, una de las cosas más lindas de mi vida. 

El CADIC le extendió a la fotógrafa un certificado en agradecimiento por colaborar con el proyecto. Gracias a ella, hay una nueva ballena en el catálogo oficial. Cada vez que se acerque al Canal de Beagle, allá lejos en Ushuaia, se va a escuchar el grito de los investigadores que no va a dejar dudas: "¡Es Temperley!". El barrio de Sheila la acompañó hasta el fin del mundo.

Quienes deseen ver los trabajos fotográficos de Sheila en Ushuaia, pueden seguirla en su cuenta de Instagram @fotografiasheila.

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