Hace 80 años nacía Osvaldo Soriano 

mundos personales. El prolífico escritor se transformó en los autores más vendidos a fines del Siglo XX y varias de sus obras fueron llevadas al cine. 

Hace 80 años, 6 de enero de 1943, nacía en Mar del Plata Osvaldo Soriano, una de las grandes plumas de la literatura argentina de fines del Siglo XX. 

Su padre trabajada en Obras Sanitarias y solían darle diversos destinos, por eso el escritor tuva una infancia errante en otras ciudades como San Luis, Río Cuarto, Tandil y Cipolletti.

En esos puntos del país encontró los personajes coloridos que inspiraron sus futuras historias. Durante su adolescencia, abandonó los estudios secundarios y se dedicó a trabajar embalando manzanas y, más tarde, como empleado de una metalúrgica.

Comenzó su oficio de periodista en el diario El Eco de Tandil, donde escribía en la sección de deportes y columnas sobre personajes famosos de la época. Luego, trabajó en Primera Plana, la revista El Porteño y el diario La Opinión. En esos medios realizó entrevistas inolvidables como las que hizo a Quino y Julio Cortázar

En La Opinión, el periódico que dirigía Jacobo Timerman, escribió una recordada crónica narrativa sobre el caso Robledo Puch, compilada en su libro "Artistas, locos y criminales" y re publicada hace poco por la revista Anfibia. 

Soriano decía que tuvo un "inicio tardío" en la vocación literaria. Además de los libros de la escuela sólo había leído hasta sus 20 años un libro sobre fútbol de Ricardo Lorenzo "Borocotó" que encargó por correo.

El primer libro que leyó fue la novela de ciencia ficción "Soy leyenda", de Richard Mathieson. Horacio Quiroga, Edgar Allan Poe y Guy de Maupassant fueron algunos de sus primeros gustos literarios, con quienes sintió "el impacto de estos grandes cuentistas del realismo".

En 1973, llegó su primera novela "Triste, solitario y final", la cual logró un gran éxito de ventas. En ella, Soriano se asume él mismo como personaje para parodiar al cine estadounidense a través de dos figuras tomadas de la realidad y la ficción: Stan Laurel (el actor cómico del Gordo y el Flaco) le pide al detective Philip Marlowe (de los libros de su admirado Raymond Chandler) que indague porqué ya nadie lo contrata más.

Un año más tarde, escribió junto a Aída Bortnik, el guion de la película "Una mujer", filmada en 1975. Tras el golpe militar de 1976, se exilió en México, Bruselas y Francia, y no regresó hasta 1984, con el gobierno democrático de Raúl Alfonsín. En Bruselas había conocido a Catherine Brucher, con quien contrajo matrimonio en 1978 y tuvo a su hijo, Manuel.

Un año después de la boda, fundó junto a Julio Cortázar y Carlos Gabetta, la publicación mensual Sin censura, en la que reflexionó sobre la situación que atravesaban los países latinoamericanos en pleno regímenes dictatoriales. Colaboró también con otras publicaciones, como el diario italiano Il Manifesto, el francés Le Monde y el español El País.

En el exilio publicó sus dos novelas siguientes. La primera fue "No habrá más penas ni olvido", llevada al cine por Héctor Olivera en 1983. 

La segunda novela fue "Cuarteles de invierno", en 1980, también llevada al cine pero con la dirección de Lautaro Murúa. Con la aparición de ambos de ambos libros en la Argentina en 1982 se convirtió en el autor vivo más leído de nuestro país y traducido a muchos idiomas.

Después vinieron cuatro novelas más: "A sus plantas rendido un león", en 1986; "Una sombra ya pronto serás", en 1990; "El ojo de la patria", en 1992 y "La hora sin sombra, en 1995".

También llegaron cuatro volúmenes con sus mejores crónicas periodísticas: "Artistas, locos y criminales", en 1984; "Rebeldes, soñadores y fugitivos", en 1988; "Cuentos de los años felices", en 1993 y "Piratas, fantasmas y dinosaurios", en 1996.

Soriano, que fue uno de los autores más vendidos en el país en las décadas de los 80 y 90 con más de un millón de ejemplares de sus novelas y relatos, falleció el 29 de enero de 1997 con sólo 54 años. 

Temas Relacionados