Siglo XVII: Temperley, donde se emplazaron los primeros viñedos del Sur

¡salud!. El Instituto Histórico Municipal de Lomas y la Junta de Estudios Históricos de Quilmes contaron cómo se realizaron plantaciones de vid en chacras y estancias.

Desde el siglo XVI Temperley fue una zona fructífera para la plantación de vides

Desde el siglo XVI, Temperley fue una zona fructífera para la plantación de vides.

Argentina cuenta con una rica historia en cuanto a los viñedos y la zona Sur, entre las que se destacan Temperley y Quilmes, fueron zonas muy fructíferas para la producción de vinos, siendo espacios muy reconocidos desde el siglo XVII en adelante. Alfredo Grassi, presidente del Instituto Histórico Municipal de Lomas, y Ricardo Manjón, integrante de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, dialogaron con Diario La Unión e hicieron un repaso con la llegada de la vid al país.

La vid tiene su inicio en las cercanías del mar Caspio y su cultivo es tan antiguo como las primeras civilizaciones. "El vino era ya corriente en tiempo de Homero. A partir de su probable cuna, la vitis vinífera se expandió hacia otras regiones, como Asia, Grecia e Italia, llegando a Francia a través de los Fenicios alrededor del año 500 antes de Cristo", detalló Alfredo.

La expansión también se produjo en el Oriente a través de la India. "En nuestro país fue introducida a mediados del siglo XVI y, para 1557, se plantaron las primeras vides procedentes de Chile", resaltó Grassi, que inmediatamente aclaró que la vid se afincó en el área cuyana ya que el suelo, el clima y el agua para el riego eran aptos para su desarrollo: los primeros vinos llegaron a Buenos Aires en la segunda década del siglo XVII.

"Las primeras cepas francesas las introdujo Juan Jauregui en Concordia a principios del siglo XIX, mientras que en 1855 llegaron a Mendoza, que también recibió otras variedades originarias de Italia y España", sostuvo el presidente del Instituto Histórico de Lomas. Fue gracias a la prolongación del ferrocarril y a las obras para el riego, a fines del siglo XIX, que toma auge la viticultura en la región de cuyo.

Para explicar la aparición de las viñas en Lomas, hay que destacar que la época en la que Juan de Garay fundó la ciudad de Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Ayres (lo que hoy es la Ciudad de Buenos Airtes) en 1580. En 1600 se estableció en las tierras de lo que hoy es el partido de Lomas (más precisamente en Temperley), la estancia de Diego Núñez de Prado, quien trece años después falleció y dejó por escrito en su testamento que existía una viña con 7.500 cepas.

En 1600 se estableció en las tierras de lo que hoy es el partido de Lomas (más precisamente en Temperley), la estancia de Diego Núñez de Prado, quien trece años después falleció y dejó por escrito en su testamento que existía una viña con 7.500 cepas.

"En 1728, la estancia de Arce, también en tierras de Temperley, era otro gran espacio que contaba con una viña. El mismísimo Jorge Temperley tenía en su chacra una importante viña y, una vez vendida a Nicolás Avellaneda, que era el actual presidente de la Nación, se mantuvo la plantación y una pequeña bodega donde se elaboraba el vino", resaltó sobre la historia local.

La quinta de la Tierra Prometida, de Pascual Gatti (calle Esmeralda) también contaba con un importante viñedo, como también la quinta de quien fue vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, don Adolfo González Chávez: su espacio, Los Pinos, contaba con un viñedo, al igual que la quinta situada en Yrigoyen y Frías de José María Huergo.

"La revista 'El sudamericano', de 1889, habla sobre la compañía vitivinicultora La Perseverancia. Allí se menciona que en estas tierras de Temperley había un extenso viñedo de ocho cuadras, con 60 mil plantas de viña americana y francesa", recalcó Alfredo.

La revista 'El sudamericano', de 1889, habla sobre la compañía vitivinicultora La Perseverancia. Allí se menciona que en estas tierras de Temperley había un extenso viñedo de ocho cuadras, con 60 mil plantas de viña americana y francesa.

"No se sabe exactamente en dónde se hicieron las primeras plantaciones, pero la región de Temperley es importantísima para el rubro por su antigüedad en cuanto a la formación de viñedos", concluyó Grassi.

LA ACTUAL QUILMES, TAMBIÉN UNA CIUDAD VITIVINÍCOLA

Por su parte, Ricardo Manjón, miembro de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, se sumó al relato y explicó que la zona ribereña, pasando por Sarandí y Villa Domínico hasta Bernal y Quilmes era especialista en la producción de vinos finos. La quinta La Regina, era un claro ejemplo ya que su dueño, Fortunato Cichero, compró 27 hectáreas entre las calles Guido y Primera Junta, donde hizo plantaciones de especies nativas y extranjeras. "En el momento de mayor esplendor, el viñedo que existía en el lugar descendía hasta las barrancas y la producción se usaba para elaborar generosos vinos, entre ellos la destacada marca de champagne llamada Regina.

"Para dar excelencia a su producción, consultó a un prestigioso botánico francés. Sus vinos finos se vendían en hoteles y restaurantes, además de ciudades del interior y Montevideo", cerró Ricardo, que dejó que la vid tuvo su auge en Quilmes entre 1870 y 1920, siendo "una zona muy rica en la producción de vinos".