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En Fiorito esperan la final con cábalas y pensando en Maradona

Mundial. Ya hay posibles lugares de festejo si Argentina se consagra. Y por supuesto, Maradona siempre está presente. 

Como en todo el país en Fiorito el sueño es ser campeones otra vez

Crédito: Eduardo Alfaro

Como en todo el país, en Fiorito el sueño es ser campeones otra vez.

En Fiorito, el barrio de D1OS, hay una enorme expectativa por la final del Mundial entre Argentina y Francia. Vecinas y vecinos ya tienen sus cábalas, posibles lugares de festejo y el recuerdo siempre latente de Diego Maradona.

Mary vive en Mario Bravo y Azamor, a 20 metros de la casa de la familia Maradona ubicada en Azamor 523. Ella fue una de las personas que compartió la infancia con Diego. "La final la vamos a ver en casa con mi hijo y mi mamá, siguiendo la cábala tal cual como venimos haciendo desde que empezó el Mundial. En varios partidos tuve que acomodar los horarios y dejar de trabajar para poder verlos", contó Mary, que es peluquera hace más de 20 años.

Si todo sale bien, uno de los lugares para festejar va a ser el Club Estrella Roja que está sobre Larrazábal y Chivilcoy. Este fue el primer equipo en el que Maradona desplegó su talento. "Después del partido, y si Dios quiere, se festeja tanto en la calle como en la cancha de Estrella. Estuve el martes con la gente del club y me dijeron que van a armar algo ahí", adelantó Mary.

Y agregó: "Después de los años difíciles de la pandemia en los que todos hemos perdido algún familiar o amigo, y la situación que está atravesando el país, necesitamos una alegría. Por eso la ansiedad, las ganas de festejar y encima somos muy apasionados del fútbol así que vamos con la mejor energía para la final".

Oscar Gutiérrez, de la calle Larrazábal, es otro de los vecinos que va a mantener las cábalas para este domingo. "Lo vamos a ver con mis dos hijos y cada uno sentado en la misma silla. Después de que perdimos el partido con Arabia Saudita cambiamos los lugares, corrimos algunos muebles y ahora hay que mantenernos así", remarcó, y luego agregó: "Es imposible no pensar en el Diego todo el tiempo. Tenemos que ganar por él".

PELUSA, SIEMPRE PRESENTE

"Éramos varios amigos de la cuadra y siempre los veía jugar a la pelota en un baldío. Cuando Diego cumplió 16 nos reunimos en su casa y ahí le dieron la llave del hogar que luego tuvo en Villa del Parque", recordó Mary, quien compartió un montón de vivencias con el Diez. "Se fue parte de nuestra historia pero quedan recuerdos inolvidables. Gracias a él, Fiorito es conocido en el mundo", destacó.