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Sobreviviente del Pozo de Banfield: "Se me caía la piel por la picana eléctrica"

RELATO ESTREMECEDOR. Diego Barreda estuvo detenido ilegalmente en 1978 y relató el calvario que le tocó vivir a causa de las torturas.

Diego Barreda durante su declaración en el juicio

Crédito: Captura de transmisión.

Diego Barreda, durante su declaración en el juicio.

Este martes se llevó adelante una nueva audiencia del juicio que unifica los delitos de Lesa Humanidad cometidos en el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes y el Infierno de Lanús. Diego Barreda, sobreviviente que estuvo cautivo en el centro clandestino de detención lomense, relató los tormentos que vivió en este lugar.

El hombre contó que era estudiante de Cinematografía en Bellas Artes y que dejó la carrera para trabajar en el Astillero Río Santiago. Ese lugar fue tomado por la Marina y a varios trabajadores los detuvieron ilegalmente. A Diego no le pasó nada, pero tiempo después fue despedido por encabezar un reclamo. Posteriormente empezó a trabajar como albañil en Ensenada, donde lo echaron un día antes de cumplir los tres meses. Las fuerzas represivas lo secuestraron cuando regresaba de ese trabajo el 14 de julio de 1978.

"Me llevaron a la parilla en el Pozo de Quilmes, tuve varios desvanecimientos, me interrogaron de situaciones absurdas. Previo a esto me habían tomado la presión, no recuerdo a ningún otro sobreviviente que antes de torturarlo le hayan tomado la presión", describió ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.

Su calvario siguió en el Pozo de Banfield, donde padeció las peores torturas. "A los diez días se me empezó a caer la piel. Una cosa pastosa que se desprende. Cuando me di cuenta sentí una cosa terrible, porque no tenía noción de qué era. Había otras celdas con gente y me dijeron que era habitual, que se me iba a caer toda la piel, que iba a estar recontra sucio porque es grasa. Me dijeron que era el resultado de la picana eléctrica", explicó.

Posteriormente, reveló que estuvo "23 días sin 'mover el vientre', porque la picana seca todo, seca los intestinos". Y añadió: "Después de esos 23 días nos entregaron un tacho donde teníamos que hacer nuestras necesidades. Con las tres celdas que estaban cerca fue motivo de aplauso y de festejo que había podido ir al baño". Sobre este concepto estremecedor, Diego graficó "el grado de deterioro y al mismo tiempo de resistencia que había en ese aplauso".

Mientras estuvo en el centro clandestino de Siciliano y Vernet, Barreda compartió cautiverio con María Artigas de Moyano, quien dio a luz como prisionera y poco después fue desaparecida. La hija de esta mujer era Victoria Moyano Artigas, recuperada en 1987, quien ya declaró en este juicio. En cuanto a Diego, meses más tarde fue llevado a Villa Devoto y finalmente lo liberaron.

El proceso judicial pasó a un cuarto intermedio hasta el 15 de noviembre, día en que se realizará una inspección ocular en el Pozo de Banfield.