Sale a tocar al patio de su casa para alegrar a los vecinos de Temperley

Dorrego y Mariño.. Eduardo "Pepe" Andreani es percusionista y comenzó a improvisar shows en pandemia, pero la costumbre se extiende hasta estos días. Ya es famoso en el barrio. 

Eduardo "Pepe" Andreani (59) es un lomense que, desde la pandemia, encontró la forma de divertir a su barrio en un momento delicado: percusionista por pasión, sacó sus instrumentos al patio de su casa y dio un "concierto" para quienes pasan por la calle, acto que repite hasta estos días. 

Nacido en Turdera, "Pepe" viajó y vivió gran parte de su vida en distintas provincias del interior de Argentina. En su paso por Ushuaia, en la década del '80, fue que descubrió en su interior el amor por la música, más precisamente por la percusión: "Trabajaba de bachero en un bar y ahí conocí a un chico de mi edad, Gustavo López, que hacía espectáculos de konga. Me encantaba lo que hacía".

Andreani contó que, en aquella época, se escuchaba mucho trova cubana y temas de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Víctor Heredia. "Empecé a tocar con este chico y mi instrumento era el bongó. Ahí comenzó mi camino en la música", rememoró Pepe, que inmediatamente contó que siempre que participó de algún show con un grupo era como invitado, ya que nunca formó un conjunto debido a sus viajes por las provincias.

Hace 11 años decidió volver a Lomas, más precisamente a Temperley. En zona Sur siguió ligado a la música y llevó adelante muchísimas presentaciones que eran un motor para su vida.

Hasta que un día, un desafortunado accidente vial con su moto le provocó heridas en su pierna. "La pandemia me sorprendió con el yeso puesto, el cual no servía, pero nadie me quería atender por la paranoia del Coronavirus. Hasta que un traumatólogo me dijo que debían operarme, por lo que me la pasé encerrado durante la cuarentena", recordó con angustia sobre aquel episodio.

Lo cierto es que Pepe no se quedó de brazos cruzados y, en las primeras aperturas graduales de la pandemia (finales de 2020) fue que decidió alegrar al barrio ante tanta incertidumbre. "Ya no sabía qué más hacer adentro de casa, entonces agarré los instrumentos y los puse en el patio para tocar y alegrar a la gente que pasaba por la calle", dijo, entre risas, en un acto de amor para consigo mismo y también para el prójimo.

Ya no sabía qué más hacer adentro de casa, entonces agarré los instrumentos y los puse en el patio para tocar y alegrar a la gente que pasaba por la calle.

Así fue que la esquina de Dorrego y Mariño se convirtió en un punto de diversión para el barrio cuando Pepe sale, de 12 a 14.30, a alegrar a sus vecinos (mientras que en primavera y verano agrega una salida también a las 18). "Hay mucha gente buena onda que se mata de risa, que toca bocina. Su felicidad me pone feliz", resaltó.

"En la actualidad lo sigo haciendo porque esto se convirtió en un clásico. Me inclino por la música latina y toco temas de Maná, Alejandro Sanz o Sabina, entre otros", reveló sobre lo que hace sonar con su equipo compuesto por dos tumbadoras, dos bongós, dos platillos, una cortina, un cencerro, una pandereta y algunos accesorios.

Me inclino por la música latina y toco temas de Maná, Alejandro Sanz o Sabina, entre otros.

La intendenta Marina Lesci visitó a Pepe y conoció su historia de vida, como así también su pasión por la percusión. "La hice sentar detrás de los instrumentos, charlamos y me pareció muy buena onda", dijo, feliz por el momento que vivió junto a Lesci.

"La música siempre fue una pasión, un divertimento. La percusión es un estilo de vida", cerró, con mucha emoción y la voz visiblemente quebrada.