La Unión | LOMAS

Le dieron 11 años y 6 meses de prisión por matar a su esposo

JUDICIALES. Gilda Acosta Duarte continuará con arresto domiciliario. Es por el crimen de Alejandro Sánchez Escobar, su pareja, al enterarse que abusaba de sus hijos. 

Los Tribunales de Lomas de Zamora condenaron a 11 años y 6 meses de prisión para Gilda Acosta Duarte por el crimen de su pareja, Alejandro Sánchez Escobar, a quien asesinó en su casa de Ingeniero Budge luego de enterarse de supuestos abusos por parte de él hacia sus hijos.

Según indicaron fuentes judiciales en charla con La Unión, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°6 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora dio lectura de la sentencia en las últimas horas.

"Es con prisión accesorias y costas por el delito de homicidio agravado por pareja conviviente mediando circunstancias extraordinarias de atenuación", ampliaron.

En la audiencia de cesura, la fiscal Marcela Dimundo, de la Unidad de asistencia y colaboración para el Juicio común y el Juicio por Jurados, había pedido que le dieran 13 años y "que se le mantenga el arresto domiciliario". Fue el sábado 7 de mayo que un jurado popular integrado por 12 personas la declaró culpable por del "Homicidio mediando circunstancias extraordinarias de atenuación". 

El proceso judicial había comenzado el miércoles 4 de mayo, pero en la segunda audiencia, el juicio se tuvo que suspender después de que la mujer sufrió una descompensación en medio de la presentación de los resultados de la cámara gesell de sus hijos. 

EL CASO

El hecho tuvo lugar el 20 de febrero de 2019 en una vivienda de Abelardo Corbacho 1.500, en Ingeniero Budge, donde la mujer mató a su pareja tras enterarse de supuestos abusos sexuales de él contra sus hijos.

En su declaración, precisó que le pegó en la cabeza con una pesa de diez kilos y luego lo ahorcó con un lazo. Después, la mujer sepultó el cadáver en el armario y lo selló con cemento. Tras permanecer dos días en shock, se presentó a la comisaría y confesó todo.

El personal policial encontró los restos de la víctima enterrados y ya en estado de descomposición, en el centro de la habitación de la pareja donde un ropero de tres puertas estaba tumbado en el piso y tapado con una tela.

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