Son padre e hija y llevaron el críquet lomense a lo más alto

PASADO Y PRESENTE. Martín jugó en el Lomas Athletic Club y Mariana lo hace para el San Albano. Ambos vistieron la albiceleste, tuvieron giras y cuentan su historia en el deporte.

Martín Martínez (65) y Mariana Martínez (24) son padre e hija y comparten una misma pasión por el deporte, pero no uno popular: el críquet. Martín empezó a jugar en su adolescencia, en el Lomas Athletic Club y rodeado de europeos, mientras que Mariana tomó el legado familiar y, luego de un intento fallido, se convirtió en integrante de la Selección Argentina y una de las boleadoras más rápidas del país y firmó su primer contrato profesional.

"El Lomas Athletic Club es de origen inglés y yo nací y me crié en ese ambiente, rodeado de gente europea, ya que mi papá era el casero y el canchero del lugar. Me costó ingresar porque eran muy cerrados, pero con el tiempo pude integrarme", comenzó a relatar Martín acerca de su ingreso al club y cómo, de a poco, se fue interesando en los deportes colectivos.

Cuando se fundó el Lomas Athletic Club, en 1891, los ingleses trajeron a nuestro país lo que era su deporte número uno: el críquet. Después vino el fútbol, unos años después, pero todos ellos, que trabajaban en los ferrocarriles, hacían canchas de estos dos deportes en cualquier lado.

"Cuando se fundó el club, en 1891, los ingleses trajeron a nuestro país lo que era su deporte número uno: el críquet. Después vino el fútbol, unos años después, pero todos ellos, que trabajaban en los ferrocarriles, hacían canchas de estos dos deportes en cualquier lado", explicó Martínez, que admitió haber pasado por todos los deportes que había en el club, donde jugó al tenis y en un partido de juveniles, representando al Lomas Athletic, enfrentó a Guillermo Vilas, que luego se transformó en un ícono de dicho deporte.

Luego de probar suerte también en el hockey y en el rugby, Martín empezó a entrenar críquet, donde al principio solamente jugaba los sábados, en los partidos de segunda. "Es un deporte de verano y, como en esa estación no se practicaba ni rugby ni hockey en el club, casi toda la circunferencia del club era para que llevar a cabo este juego de palo y pelota", detalló.

El terreno de juego de críquet, donde se enfrentan dos equipos de 11 jugadores, suele ser de césped, aunque también se puede practicar en sintético, y tiene forma ovalada. En el centro hay un rectángulo llamado pitch, donde se bolea y se batea, en una dinámica similar al béisbol.

Martín explicó que "la cancha de críquet del Club Atlético Lomas estaba del otro lado de la estación de la localidad, por Gorriti y Meeks, y actualmente se encuentra en Ezeiza, mientras que la de fútbol se situaba a los alrededores de la estación de Temperley". Cabe aclarar que el terreno de juego, donde se enfrentan dos equipos de 11 jugadores, suele ser de césped, aunque también se puede practicar en sintético, y tiene forma ovalada. En el centro hay un rectángulo llamado pitch, donde se bolea y se batea, en una dinámica similar al béisbol.

"Me empecé a destacar en el críquet, sobre todo en la parte de bateo y de fildeo, que es cuando recibís la pelota al costado de la cancha. Fui seleccionado por Argentina y tuve una gira por Inglaterra a fines de la década del '70", rememoró sobre su época dorada. Inmediatamente agregó: "Era el único criollo que no hablaba inglés, pero fue toda una novedad para mí estar en ese país. Fuimos invitados al Palacio de Buckingham y conocí al rey, a la reina y al príncipe".

Me empecé a destacar en el críquet, sobre todo en la parte de bateo y de fildeo, que es cuando recibís la pelota al costado de la cancha. Fui seleccionado por Argentina y tuve una gira por Inglaterra a fines de la década del '70. Era el único criollo que no hablaba inglés, pero fue toda una novedad para mí estar en ese país. Fuimos invitados al Palacio de Buckingham y conocí al rey, a la reina y al príncipe.

Cabe destacar que la época en la que jugó Martínez fue justo en un momento de gran tensión política de nuestro país: el punto culminante por la disputa territorial con Chile por el Canal de Beagle, en 1978, y la posterior Guerra de Malvinas frente a, justamente, Inglaterra en 1982.

"El críquet nunca se dejó de jugar y hoy lo veo reflejado en mi hija Mariana. Ella siguió mis pasos porque le llama mucho la atención", dijo, con una sonrisa.

NUEVA GENERACIÓN

Mariana Martínez (24) tomó la posta de la charla, tal como lo hizo con el legado de su papá, y contó cómo se sumergió en el críquet, cuando tenía apenas 16 años, en un primer intento fallido: "Un amigo de mi papá, que jugaba al críquet con él, me llamó y me preguntó si yo estaba interesada en arrancar en el deporte en el Club San Albano. No quería ir sola, entonces me acompañó mi hermana, pero luego de dos clases dejé porque no me interesó".

"Al año siguiente me vuelven a contactar y decido darle una segunda oportunidad. En la primera clase, una chica ya me dijo si quería ir al Sudamericano de Perú", recordó, aún sorprendida por esa invitación. A partir de ahí, Mariana no se despegó más de un deporte que, claro está, lo lleva en la sangre.

Actualmente, Mariana es la boleadora más rápida del país, la capitana del Club San Albano e integrante de la Selección Argentina de Críquet. "En Lomas lamentablemente ya no hay canchas de críquet, sí en el predio del San Albano en Burzaco y en el Colegio San Jorge de Quilmes. Hoy en día es un deporte amateur sin popularidad, pero lo practica mucha gente. Sería un sueño que se vuelva profesional en Argentina", deseó.

Martínez contó que va a representar a Lomas y al país en mayo en un torneo llamado "Fair Break", llevado a cabo en Dubai, donde se juntarán jugadoras estrellas de todo el mundo, tanto profesionales como talentos por conocer, donde la lomense pudo firmar su primer contrato profesional. Para finalizar, adelantó que en octubre se pondrá la celeste y blanca para jugar el Sudamericano en Brasil.