La Unión | LOMAS

El yoga, su pasión, la salvó dos veces

?DESCANSAR LA CABEZA ES MUY IMPORTANTE?.

La lomense Sabrina Sorrentino se quedó sin trabajo en noviembre de 2019 y empezó a dictar clases de lo que era su hobbie. La pandemia hizo que perdiera a sus alumnos y la obligó a armar otro y enseñar mediante la virtualidad. Los beneficios de la disciplina, ideal para esta época de cuarentena.

La lomense Sabrina Sorrentino es una de las tantas que se reinventó por la pandemia, con la particularidad de que utilizó su hobbie para transformarlo en una salida laboral: en noviembre del año pasado se quedó sin trabajo y juntó alumnos para dar clases de yoga, pero debido a la cuarentena rearmó otro grupo para enseñar su estilo de vida por Zoom y videollamada.

El yoga comenzó en su vida como un hobbie y lo practicaba después de su jornada laboral. Pero en noviembre del año pasado, la empresa para la cual trabajaba cerró y lo tomó como una posibilidad para vivir de eso. “Empecé a captar vecinos y amigos para que sean alumnos”, empezó a contar Sabrina.

La pandemia y el decreto de la cuarentena hizo que Sabrina deba reinventarse nuevamente, en tan sólo cuatro meses: “Tuve que empezar otra vez, perdí los alumnos que tenía y la situación era muy compleja. Pero en mayo volví a formar un grupo y ahora doy las clases por Zoom o por videollamada”.

Su alumnado se caracteriza por ser personas jóvenes, con edades que van desde los 20 a los 45 años. Contrariamente a lo que piensa la mayoría, que asocia al yoga con la gente adulta o de la tercera edad. “Me adapto a sus horarios y soy flexible en ese sentido porque entiendo que no todos tienen la misma disponibilidad. También se pueden recuperar las clases”, dijo la vecina de Lomas.

“Mis clases tienen la particularidad de ser dinámicas, porque lo que busco es que la gente se enganche y no se aburra”, agregó.

Para Sabrina, descansar la cabeza es muy importante y más en estos tiempos de encierro, de obligaciones con el teletrabajo, con el hogar y con los hijos, en donde es fundamental “mantenernos en el tiempo presente y no tener tanta incertidumbre”.

La profesional de 39 años también tomó cursos para perfeccionarse en el rubro y tener más herramientas para brindarle a quienes quieran practicar esta disciplina que se basa en la mente y en el físico. “Me fui nutriendo en diferentes aspectos”, contó Sorrentino, quien sostuvo que el yoga la ayuda mucho para mantenerse en su eje, mejorar y conservar su armonía.

Además de dictar las clases, Sabrina comenzó a fabricar elementos de yoga, como almohadones para meditar y elongar, para ofrecerlos a quienes lo necesiten.

Los interesados en saber más acerca del yoga y las características de las clases que dicta Sabrina, pueden ingresar al Instagram.

Temas Relacionados