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“Nunca vivimos nada como esto”

En Villa Diamante. Silvia Cocca, presidenta del Club 6 de enero, se refirió a la actualidad de la institución que tuvo que cortar con las ollas populares por la aparición de casos de Coronavirus en el barrio.

El Club 6 de enero de Villa Diamante en Lanús es una de las instituciones que cubrió la importante demanda de ayuda en el barrio. En un contexto difícil, todas las semanas realizaron ollas populares hasta que, unos días atrás, se conoció de la existencia de casos de Coronavirus en los alrededores y se vieron obligados a detenerlas.

Silvia Cocca es la presidenta de la institución desde hace ocho años y lleva adelante un arduo trabajo para sostenerla en medio de la pandemia. “El barrio tiene sus complicaciones como cualquier otro y por eso estábamos haciendo las ollas populares los días jueves. Al conocer de casos de Coronavirus a pocos metros del club y para mantener la seguridad de todos, decidimos levantarlas por unos días. Es un momento difícil, nunca vivimos nada como esto”, contó. Allí, al menos tres vecinos están infectados y la presencia de más gente acercándose era un problema al caer.

El rol solidario y la contención para el 6 de enero no son ninguna novedad. La institución no cobra cuota social a ningún deportista ni arancel para practicar actividades. Todo es a pulmón y con el esfuerzo de cada uno. “Tenemos más de 300 familias que se acercan al club a participar de distintos deportes y nos sostenemos por el alquiler de la cancha o del salón. Es un trabajo duro y que tiene sus complicaciones pero que, en lo personal, me genera una enorme satisfacción”, contó Cocca, también integrante de la CD de la Unión de Clubes de Barrios de Lanús. El 6 de enero cuenta con fútbol, patín, karate, gimnasia y talleres para adultos mayores.

En su caso –como en el de otras entidades sociales- también siguen llegando los impuestos pese a encontrarse a puertas cerradas. “Este mes nos vinieron $5.000 de luz y $2.500 de gas cuando no se prendió una lamparita ni mucho menos una estufa. Se ponen valores estimados pero entendemos que esto debe ser algo que se tiene que resolver. Nosotros estamos usando dinero de algún fondo común que teníamos pero siguen pasando los meses, siguen llegando las facturas y se hace difícil”, indicó.

Como en otros casos, la mayor satisfacción de quienes comandan la institución barrial pasa por ver la formación de los chicos y un desarrollo más integral. “Todos los que trabajamos en clubes de barrio dejamos de lado muchas cosas de nuestra vida pero pienso que es algo que nos gusta hacer. Yo siento pasión por el club y recibo el cariño de los chicos cuando los cruzo por la calle. Eso es impagable”, reconoció.

El nombre del club hace referencia a una fecha especial para cada niño como es el Día de Reyes. Desde ese concepto tan paternal, el horizonte siempre es contenerlos y darles apoyo. “Los chicos crean lazos con el club y con un grupo de amigos y eso es importantísimo para formarlos sanamente. Acá juegan todos juntos y se reúnen a pasarla bien; ésta es una institución que se caracteriza por no tener problemas prácticamente nunca y buscamos que eso siga siendo así”, agre

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