Con la caricatura refleja las problemáticas del mundo

ALGUNOS DE SUS TRABAJOS E IDEAS TODAVÍA SE MANTIENEN VIGENTES.

Ricardo Raffetti es un especialista del dibujo en general y logra mostrar las adversidades de forma graciosa, pero con respeto: “Dibujé toda mi vida”.

Ricardo Raffetti tiene de 76 años y dedicó gran parte de su vida a dibujar profesionalmente. Caricaturizó innumerables personajes políticos para diferentes medios y editoriales. Aunque hoy en día ya es un pasatiempo, siempre mantuvo un ideal noble y un constante respeto, plasmado en cada línea trazada para no sobrepasar el límite de lo gracioso para el público.

“Yo dibujé toda mi vida, mi mamá era una maravilla con el lápiz y el papel. De chico me destacaba por mi arte”, recordó el lomense, quien vivió muchos años en esta ciudad, sobre sus comienzos y el descubrimiento por los diseños, para no separarse nunca más.

Con sólo una foto o tener cara a cara a la persona, Ricardo ya puede comenzar a trabajar con su lápiz y papel, ya que admitió no utilizar las nuevas tecnologías para llevar a cabo un diseño.

Rápidamente, comentó hasta dónde llega el rol del dibujante en la idea a plasmar: “La caricatura se efectúa de acuerdo a un pedido específico y a un concepto determinado, yo hago lo que me piden sin ser el responsable ya que no pongo mi impronta”.

“Nunca hice trabajos ofensivos, porque no corresponde. Mis caricaturas no eran degeneradas, yo buscaba la lógica y los rasgos que predominan en la persona, alguna característica o gesto que lo identifique”, detalló el hombre sobre su manera de encarar un dibujo. Teniendo en claro sus principios morales, declaró: “Hago mi propia censura, qué trabajo aceptar o no”.

A la hora de hablar de las diversas crisis que atravesó Argentina a lo largo de los años, Ricardo afirmó que es más fácil llevar a cabo la caricatura política, aunque resaltó que la complicación se encuentra en el momento de seleccionar un tema en particular: “Solamente hay que tratar la problemática en forma graciosa, no se gana nada con defenestrar a una persona. Si uno la tiene clara, rechazas el trabajo con tal de no quedar como una mala persona”.

“Gracias a Dios pude vivir del dibujo por muchos años, progresé a raíz de esta profesión y hasta pude darme el gusto de crear Vida Sana, mi propia revista sobre la salud y en la que aporté mis ilustraciones”, aseguró Raffetti.

Actualmente es empleado en la Municipalidad de Almirante Brown en política ambiental, pero no deja de lado su pasión por el dibujo: “En las paredes de mi oficina tengo pegadas las caricaturas de casi todos mis compañeros de trabajo, lo toman con gracia”.

SUS COMIENZOS Y LOS PRIMEROS PASOS. Ricardo estudió en la Asociación Estímulos de Bellas Artes, se especializó en modelo vivo para conocer más de fondo el cuerpo humano y en historietas para perfeccionar su pasión heredada por su madre.

“Cuando era joven, fui a visitar unos parientes a Chubut, me gustaba tanto el lugar que me quise quedar y empecé a buscar trabajo. Conseguí en una empresa y en mis ratos libres dibujaba y hacía retratos. Así empecé con pequeñas ilustraciones para agencias de publicidad”, rememoró sobre su estadía en el Sur del país, sin saber lo que le esperaba: “Una de las personas del lugar, que diagramaba una revista llamada Patagonia Cero y que también trabajaba para el diario La Nación, me convenció para trabajar con ellos y volver a Buenos Aires”.

Ya instalado en su nuevo empleo, su tarea era dibujar mapas, hasta que luego pasó al suplemento infantil. “Los contactos me llevaron a la revista Siete Días y cuando me quise dar cuenta dibujaba para cinco editoriales al mismo tiempo”, explicó con orgullo Ricardo a La Unión.

“Después trabajé en la revista A fondo, pero en el rol de diseño y diagramador. Luego de un tiempo, vi la posibilidad de dibujar o caricaturizar a la gente”, comentó el hombre acerca de la nueva faceta ilustrativa para poder desempeñarse en el ru

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