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El “Guason”, el furor local y mundial de 2019

Luz, cámara, acción. La película dirigida por Todd Phillips sobre el origen del gran antagonista de Batman, protagonizada por Joaquin Phoenix, batió récords de taquilla y se convirtió en un furor extra cinematográfico.

Mientras crece la tendencia de las nuevas películas de pasar fugazmente por las salas, requisito para meterse en competencia por los grandes premios internacionales, el “Guasón” fue un auténtico furor en los cines de todo el globo y aún sigue en cartel en algunas latitudes.

En épocas de vacas flacas, la película superó los dos millones y medio de espectadores en la Argentina, siendo la más vista del año, convirtiéndose en uno de los fenómenos del 2019, incluso alimentado por el boca a boca.

Una de las claves de la película dirigida por Todd Phillips es que fue mucho más allá del universo de las historias de superhéroes y el protagonista bien podría haberse llamado de otra forma que nada hubiese cambiado.

El devenir del personaje funciona en sí mismo y  hasta puede prescindir de ser un archienemigo del afamado hombre murciélago, dándole un tono más oscuro y de tinte social a las versiones anteriores del “Guasón”.

Arthur Fleck es un ser de la noche que vive fuertemente medicado en una pocilga mugrienta junto a su madre anciana y discapacitada y trabaja como payaso promocionando locales de mala muerte o haciendo morisquetas y bromas (incluso fuera de lugar) a chicos en hospitales públicos de Ciudad Gótica. Este personaje tiene esa miserable existencia, hasta que muestra la hilacha.

Arthur escribe una suerte bitácora de su pobre vida, entre chistes de humor negro y recortes pornográficos, tiene una memoria perfecta, que le permite recordar hasta un hecho irrelevante que ocurrió hace años.

Las exigencias del papel demandaron a Joaquin Phoenix un durísimo trabajo de preparación de ocho meses que lo obligó a bajar más de 20 kilos, lo que, confesó “terminó afectando su carácter” y la lectura de una bibliografía para desentrañar las desviaciones mentales del personaje.

El Guasón, como él mismo se bautiza, tiene como sueño ser un standapero estilo Lenny Bruce, un “rey de la comedia”  bizarro, e imagina alguna vez como invitado de late show Murray Franklin, a quien imagina como ese padre que nunca conoció.

La forma de reír a carcajadas lacerantes, inoportunas y en forma espasmódica lo convierten en un ser digno de cuidado, sin embargo hay un momento clave en su vida, aquel en el que su monstruo interior comienza a brotar y ya nada será igual.

Ese personaje oprimido, el día menos pensado se las empieza  a cobrar de a una y hasta genera un fenómeno de masas, aunque sin prenderlo.

La conducta de este personaje fue más allá de la crítica cinematográfica y sociólogos, psicólogos, psiquiatras y otros profesionales  lo tomaron como objeto de estudio durante este año.

Además, esta nueva versión del “Guasón” sacó del arcón de los recuerdos al personaje que volvió a poner su cara en miles de remeras y en un tendal de objetos de merchandising de todo tipo.

El “Guasón” tiene todos los boletos para arrasar en la entrega de los Oscar, que tendrá lugar en febrero, y ya está en marcha una secuela, que tendrá que luchar con la vara alta que dejó la primera parte. Y hasta quizás la sup

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