La Unión | LOMAS

Una trinchera contra el tarifazo

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Por Mauricio Amaya

Consecuencia de tanta lucha por visibilizarse, la Asociación Argentina de Electrodependientes logró su primera sede en país, ubicada en Lomas, desde donde conectar con más personas que dependan de la luz para vivir. Un paso más de una batalla cultural que no da tregua.

En Budge, a tres cuadras de Camino de la Ribera (que costea el Riachuelo) y unos 10’ de Camino Negro, la Asociación Argentina de Electrodependientes, formada por un grupo de familias nucleadas en torno a la necesidad vital de tener luz para vivir, hizo la preinauguración de su local. El primero de la asociación en el país.

Hasta acá, la historia de cómo se conformó la Asociación es casi una epopeya. Por eso resulta fácil pensar que el primer local electrodependiente del país podrá funcionar como un búnker, un espacio de resistencia contra los tarifazos, una trinchera para exigir el cumplimiento de la Ley 27.351 que consiguieron hace un año producto de la lucha.

“Es algo increíble para nosotros en tan poco tiempo, mirás para atrás y ya tenemos la Ley y ahora estamos muy unidos inaugurando el primer local, también estamos por lograr que se declare el Día Nacional del Electrodependiente (el 17 de mayo) en el Congreso”, cuenta Mauro Stefanizzi, presidente de la entidad, reunido ahora con unas 15 familias de Almirante Brown, Lanús y Lomas. Entre mates y torta, celebraron el nuevo espacio de encuentro.

Dos años atrás, Mauro y algunas otras familias salían por primera vez en la TV contando la problemática. Sería el primer gran paso de visibilización de este grupo de electrodependientes, que representa a miles de personas en todo el país que viven en esa condición.

Hace tres semanas, en el Hospital Maternoinfantil Oscar Alende de Budge, ellos ponían una mesa de difusión con volantes y varias copias de las planillas para el registro electrodependiente. Una de las tantas actividades que hacen a pulmón, recorriendo los barrios del conurbano: “Allí hablamos con la gente, e incluso varias personas nos contaron que conocían a alguien o tenían un familiar que necesita estar enchufado a un respirador. Así se enteraron que existe la ley, de otra forma quizás nunca hubiera ocurrido".

El local, al que ahora sólo le falta el cartel de la asociación y la rampa de discapacidad, era un sitio abandonado hasta hace dos meses. “Nos ayudó el Municipio de Lomas sacar la humedad, hacer el revoque, poner la brea líquida en el techo, el enduido en las paredes”, precisa Mauro.

Actualmente, aunque existe la Ley, hay 1.500 solicitudes en trámite, a la espera de una respuesta del Ministerio de Salud. Además, piden una campaña de difusión del registro, algo que está contemplado también por Ley pero que el Estado no hace.

El local será entonces una trinchera, un sitio desde donde seguir batallando, pero también un ejemplo de que con unidad se pueden lograr cosas. “Nuestra lucha es porque entiendan que existen chicos en otra situación, que no los van a ver en una plaza jugando, que no los vean no quiere decir que no existan. Antes estábamos individualizados, pero ahora ya no”, cierra Ma

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