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Juan Carlos Pallarols, emblema lomense y de la democracia

OBRAS, ANÉCDOTAS Y recuerdos de su papá.    

El platero confecciona los bastones presidenciales, como el que hoy recibirá Alberto Fernández. Como firma personal, graba la sigla LZ y el escudo de Lomas, la ciudad que lo vio crecer.

Juan Carlos Pallarols es sinónimo de democracia y su nombre resuena con mucha más fuerza cada cuatro años, cuando prepara el bastón presidencial, como el que recibirá hoy Alberto Fernández, que lleva las siglas LZ -por Lomas de Zamora- y el escudo del Municipio, como firma personal, en honor a la ciudad que lo vio crecer.

Juan Carlos pertenece a una familia marcada y reconocida por dedicarse al oficio de la platería desde hace muchas décadas. Con 77 años tiene en su haber reconocidas y destacadas obras, y realizó durante gran parte de su vida los bastones de mando de varios presidentes de Argentina.

Pallarols pertenece a una familia marcada y reconocida por dedicarse al oficio de la platería desde hace muchas décadas. Con 77 años, tiene en su haber reconocidas y destacadas obras, y realizó durante gran parte de su vida los bastones de mando de varios presidentes de Argentina.

“Esta labor la llevo adelante desde 1983 de forma ininterrumpida con la firma Pallarols, aunque en 1973 también hice el bastón para la tercera presidencia de Perón”, dijo el platero, quien -cada cuatro años- espera el 10 de diciembre, día en el que se efectúa el cambio de mandato en el país.

Durante muchos años, el bastón de mando estaba construido a base de caña de malaca (caña maciza sin nudos) y oro, con un estilo neoclásico, pero sin un símbolo que representara al país. Es por eso que Juan Carlos decidió confeccionar, en 1983, uno hecho de plata y urunday, una madera noble: “En la descripción del bastón reza que el presidente que lo utilice tenga las condiciones y características de la madera: que sea recto, brillante por su talento, sin torcerse y sin corromperse”.

“En todas mis obras dispersas por todo el mundo, las cuales realicé desde mis 13 años hasta ahora, se verá punzada la emblemática sigla LZ y el escudo de la ciudad”, contó acerca de la insignia que lo representa. “Por varias generaciones y por tradición de mi abuelo y mi padre, en las obras se utilizaban las dedicatorias con inscripciones en latín y se escribía de forma tal que parecía que la pieza fuera la que se expresaba”, explicó Pallarols sobre las frases que se vislumbraban en los diferentes trabajos, como por ejemplo una colección hecha por su padre para un conde francés, en la que repetía “Clivi Zamorensis”, es decir, Lomas de Zamora.

EL LOMENSE también FUE EL ENCARGADO DE CONFECCIONAR CÁLICES PAPALES para para Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

Uno de los lugares preferidos en el mundo para Pallarols es, sin lugar a duda, su taller,  testigo silencioso de cada trabajo llevado a cabo con dedicación y empeño por el platero.

Por el taller pasaron muchas celebridades, ya sean del país o internacionales. Así lo contó Carlos Dijer, ayudante de Pallarols y puro lomense: “Aquí estuvieron Juan Manuel Serrat, la Reina Máxima de Holanda y el pasado Rey de España, Juan Carlos”.

Rápidamente agregó que, desde la vuelta de la democracia con Raúl Alfonsín, prácticamente todos los presidentes lo visitaron. “Fueron tantas las celebridades, pasó el tiempo y ahora vendrán otros”, aseguró.

PERTENENCIA. La historia de la familia en Lomas de Zamora involucra a otras generaciones, ya que su padre, en 1936 y en busca de tranquilidad, se mudó desde la Capital Federal a la zona Sur, un poco atraído por un cuñado suyo, quien había instalado una sastrería en la calle Laprida y fue el creador de la Cámara de Comercio.

“Mi papá alquiló una quinta situada en lo que hoy es la avenida Yrigoyen. Allí sufrió un hecho misterioso, una especie de cortocircuito, pero no podía ser eso porque en ese entonces se alumbraba con lámparas de kerosene y velas. Un curandero le dijo que lo que había sucedido era el alma de un suicida y al poco tiempo se enteró de que el anterior dueño se había ahorcado en una higuera del lugar”, contó sobre los comienzos de la relación entre los Pallarols y Lomas.

Carlos, padre de Juan, compró un lote a pocas cuadras y allí nacieron varios de los Pallarols. “Al tiempo nos mudamos a la calle Boedo, donde nos quedamos hasta 1958. Allí se hizo el trabajo del sarcófago de Eva Perón, que luego se destruyó. El trabajo relacionado con la religión era muchísimo por ese entonces debido al crecimiento de la ciudad”, contó el hombre.

Al dedicarle unas palabras a su progenitor, fue conciso y admitió: “Mi papá fue mi principal maestro e inspirador. Siempre me instaba a que hiciera otras cosas y que me inclinara por mis gustos personales”.

“Al salir de mi casa y ver la Municipalidad, creía que era el Empire State”, comparó con una metáfora a su querida ciudad. “Lo mejor que tiene Lomas de Zamora es que muchísimas familias lograron trascender de la ciudad hacia diversas partes del mundo”, cerró, con el orgullo y la emoción a flor de piel por el lugar que lo vio nacer y crecer.

ANÉCDOTAS. “Le comenté a mi tío que no tenía padrino de confirmación y lo nombró a Alberto Gómez, cantante de tango, pero nunca estuvo presente en la ceremonia. Antes de morir, me mandó la guitarra que Gardel le había regalado, ya que tenían una gran amistad por cantar juntos y por el Club Los Andes, ya que Alberto era socio”, contó Juan Carlos acerca de otra de las tantas anécdotas que le marcaron la vida y que quedaron grabadas en su memoria.

“La mejor obra de Lomas fue que ayudó a que muchísimas familias de la localidad trasciendan hacia el mundo”, dijo sobre su papá.

MALVINAS Y LOS PAPAS. Autodenominado amante de la paz por todos los trabajos diseñados sobre la temática y con cierta conexión por el antiguo nombre de la ciudad (Pueblo de la Paz, hasta 1910), el platero habló sobre la creación de las Rosas de la Paz, inspiradas en conmemoración a los soldados argentinos e ingleses caídos en la Guerra de Malvinas.

“Cuando finalizó el conflicto bélico, hicimos una serie de rosas que se encuentran en lugares como el Museo Imperial de la Guerra en Londres, el cementerio de San Carlos y el Cementerio de Darwin ubicado en las Islas, donde los argentinos homenajean a los ingleses y viceversa; ésa es la verdadera importancia”, detalló.

La Iglesia también puso sus ojos en él. Fue el encargado de confeccionar cálices papales (vaso donde el sacerdote consagra el vino en la eucaristía), como los que diseñó para Juan Pablo II, Benedicto XVI y Franci

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