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Identificaron a un soldado de Almirante Brown caído en Malvinas

En el Cementerio Darwin. Se trata de Mario Rodríguez, cuyos restos descansaban en las islas bajo la leyenda ?Soldado argentino sólo conocido por Dios?.

Cuando Adriana Rodríguez recibió la noticia de que el cuerpo de su hermano yacía en el cementerio Darwin, de las Islas Malvinas, sintió que el vacío y el dolor que la acompañaron durante tantos años de alguna manera se comenzaban a cicatrizar.

Más de 36 años esperó tener una certeza sobre Mario, que hasta ayer permaneció enterrado bajo una lápida que decía “soldado argentino solo conocido por Dios”. Finalmente sus restos fueron reconocidos por el Equipo de Antropología Forense.

El soldado Mario Gustavo Rodríguez, vecino de San José, murió el 11 de junio de 1982, en un bombardeo en Moody Brook, cuando tenía 18 años. “No estaba en la lista para ir a las islas, pero se anotó como voluntario”, recuerda su hermana, con emoción.

Según cuenta Juan Manuel Palacios, referente de los veteranos de Almirante Brown, “Mario se quedó cumpliendo con su deber, con su fusil cuidando las instalaciones (de Moody Brooke) y un avión Sea Harrier soltó dos bombas que mataron a tres soldados”. Pasó mucho tiempo hasta que sus familiares y allegados conocieran la verdad.

“Primero nos dijeron que era desaparecido en acción, pero muchas explicaciones no nos dieron. Veinticinco años más tarde, un compañero de la X Brigada me buscó para contarme la verdad”, confiesa Adriana. José Luis Sandino le contó todo.

Post mortem Rodríguez recibió la medalla de muerto en combate y fue declarado por ley como héroe nacional. En su honor, una plazoleta lleva su nombre en Adrogué. Ahora se transformó en el soldado número 99 en ser identificado.

A partir de ahora, Adriana sabe que su hermano está en la tumba DA1-19 y eso le trae “paz y alivio” aunque reconoce que todo lo vivido durante estos años “fue muy fuerte”.

Sus compañeros piensan lo mismo. “Los otros veteranos que viajen de Almirante Brown a las Malvinas tendrán ahora una cruz donde dejar nuestra plegarias por nuestros compañeros”, dice Palacios, muy sentido.