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Carlos y Lorena le ponen el corazón al Club 25 de Mayo

pasión y dedicación.

En 2010 recuperaron el terreno e iniciaron un camino de puesta a punto que hasta el día de hoy se mantiene con fútbol infantil. Unos días atrás fueron premiados con el “Orgullo de Ser de Lomas” por su trabajo en la entidad.

Hacer las cosas de corazón parece ser la fórmula para no rendirse nunca. Carlos y Lorena son la muestra de esto recuperando un club que estaba perdido y hoy manteniéndolo en condiciones con muchas dificultades desde lo económico y social.

El Club 25 de mayo volvió a nacer a finales de 2010 cuando estos dos vecinos de Centenario se pusieron al frente. De a poco fue recuperando su color, integrando a chicos para que jueguen al papi fútbol y sumando a los padres para que colaboren.

Actualmente, unos 50 chicos de Centenario, Fiorito y Caraza, entre otros barrios, asisten a diario al club pero ya no solo para jugar al fútbol y divertirse: hoy también lo hacen por la merienda que proporcionan cada día. “Hoy no estamos a nivel competitivo. Es más bien una escuelita pero principalmente brindamos contención para los chicos. Algunos tienen una infancia mejor pero muchos tienen problemas en sus hogares, con padres ausentes o mismo están en situación la calle. El club funciona casi como una guardería para evitar que estos chicos salgan a la calle y puedan encontrarse con situaciones que no pueden manejar”, explicó Carlos, lomense de 41 años.

Tan delicada es la situación que algunos de los chicos llegan con hambre, por eso, además de darles una merienda los días de partido en la liga, también la otorgan los días de práctica para –de alguna forma- garantizarles que tengan algo en la panza.  “Acá se hace todo a pulmón, en un ambiente familiar que busca darle apoyo a estos chicos. Se vive semana a semana, contando las monedas y aguantando los aumentos de todas las tarifas o la poca recaudación que se genera porque los padres quizás no pueden acompañar a los chicos y comprar una entrada”, contó.

Esta tarea que realizan cada día tuvo su reconocimiento hace algunas semanas cuando recibieron el premio “Orgullo de Ser de Lomas” de manos del Intendente. “Fue algo muy lindo porque acá se hace todo con amor y con sacrificio. El club es parte de nuestra familia, los chicos han venido de a 10 a dormir a casa, a algunos los hemos llevado de vacaciones. Y eso después ellos te lo agradecen cuando te los cruzas con los años. Se acuerdan de que uno estuvo ahí dándole cariño y aportando para que se críen como gente de bien”, relató. Y agregó: “A veces lo que te puede llegar a generar el ganar un trofeo no se compara con la felicidad de ver a los chicos jugar, divertirse, hacer amigos, crecer como personas y tener un lugar para pensar solo en ser felices