Las historias del rock argentino

Miguel Ángel Dente, Daniel Gaguine y Matías Recis lanzaron hace un par de años “50 Años de Rock. 50 bandas argentinas fundamentales. Lado A”, donde comenzaron a contar la historia del rock argentino a través de 50 grupos y de la voz de los propios protagonistas.

Aquella primera entrega iba desde los ´60 y hasta los primeros ´80, mientras que ahora llega a las librerías el “Lado B”, que concluye este recorrido con las 25 bandas más destacadas cerrando el círculo de la media centuria de formaciones más importantes del rock argentino.

Con los estilos más diversos y con los orígenes más dispares, aparecen en este “Lado B” Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, los Ratones Paranoicos, Intoxicados, Viejas Locas, La Renga y La Mississippi.

También lo hacen Rata Blanca, Almafuerte y Hermética, representado a las huestes metaleras, junto con Attaque 77, Fun People y Todos Tus Muertos, de las distintas vertientes del punk.

Divididos, Las Pelotas, Los Piojos, Los Fabulosos Cadillacs, Los Auténticos Decadentes, Los Caballeros de la Quema, La Bersuit, Los Rodríguez, Los Visitantes y Los Pericos se suman a la lista.

Completan estos 25 grupos Illya Kuriaki & The Valderramas, Catupecu Machu y Babasónicos, tres bandas surgidas en los '90.

Cada una de estas bandas tiene se respectivo capítulo, donde además se destaca el disco clave de cada uno de estos grupos, con la ficha técnica incluida y hasta con la descripción del arte de tapa.

Este notable trabajo cuenta con más de 200 testimonios exclusivos, incluyendo músicos, productores, ingenieros de sonido, productores y allegados de cada una de las bandas, mientras que sólo no aceptaron dar su voz escasos protagonistas.

Además de los hacedores del rock argentino, aportaron su testimonio un quinteto de notables artistas extranjeros. El británico Andrew Oldham, exproductor de los Stones, contó su labor con los Ratones, mientras que Carlos Alomar, exmúsico de David Bowie, narró su trabajo con Soda, y Chris Frantz, KC Porter y Nigel Walker también dijeron lo suyo.

Entre un sinnúmero de anécdotas, se encuentra el testimonio que da cuenta de la presencia de Sandro escuchando atentamente la grabación de un disco de Divididos, siguiendo desde la consola el sonido de la Aplanadora del Rock.