ORIUNDO DE BANFIELD El joven de 27 años es uno de los 29 mil argentinos que llevan un nombre irrepetible. Cómo fue vivir con esa particularidad que lo marcó a lo largo de sus días.
El Registro Nacional de las Personas (Renaper) tiene en su base de datos alrededor de 29.000 nombres que son únicos por haberse inscripto una sola vez entre 1925 y 2015. Coven Marchetti (27), un joven de Banfield, es uno de los portadores de esos nombres singulares: en una charla con el Diario La Unión habló sobre sus sensaciones al llamarse de esa manera, sus recuerdos de la infancia al ser nombrado, cómo comunica su nombre a un desconocido y sus ganas de elegir un nombre original para un futuro hijo.
El vecino lomense cuenta con un nombre único, pero el proceso judicial por el que debió atravesar para que sea registrado fue por demás engorroso. Al momento de su nacimiento, el 1 de junio de 1998, Coven no estaba registrado en el Renaper: fue su bisabuelo quien eligió el nombre, luego de haberlo escuchado de un inmigrante, para colocárselo a su hijo "Coven Oscar", el abuelo del protagonista de la historia y el primero en llevar ese nombre en Argentina.
Fernando, el papá de Coven, no heredó el nombre, pero sí decidió que su hijo se llame igual que su abuelo. Para lograr su cometido, necesitó de la intervención de un juez, ya que no tenía manera de comprobar que Coven provenía de un linaje familiar y, por ende, que era un nombre cargado de emoción y pertenencia.
"Orgullo", fue la palabra que eligió Coven al describir lo que siente cada vez que escucha su nombre, que forma parte de su historia familiar. "Mucha gente me suele identificar como el chico del nombre raro", dijo, entre risas, sin tomarlo como un aspecto negativo, sino todo lo contrario.
Mucha gente me suele identificar como el chico del nombre raro
"Toda la vida sentí que mi nombre me daba una identidad única como persona, nunca fue una carga y jamás se burlaron. Me gusta portarlo y hasta empatizo con aquellas personas que también tienen nombres originales", contó, y rápidamente se le vino a la mente dos anécdotas: una con un profesor, quien le aseguró que cuando tenga un hijo varón le iba a poner su nombre y otra con un compañero de primaria, a quien sus padres no le creían que tenía un amigo llamado Coven.
Toda la vida sentí que mi nombre me daba una identidad única como persona, nunca fue una carga y jamás se burlaron. Me gusta portarlo y hasta empatizo con aquellas personas que también tienen nombres originales
Por supuesto, Coven ya está acostumbrado a repetir su nombre ante cada presentación, como así también a deletrearlo. "Noto cuando la gente presta más atención, para ver si escuchó bien lo que dije. Algunos hasta creen que es mi apellido o un sobrenombre", admitió, aunque luego reveló que él mismo adoptó la práctica de decir su nombre e inmediatamente enunciar letra por letra o incluso "digo que es como joven, pero con 'c'".
"Si estuviera en mis manos la posibilidad de elegir nuevamente mi nombre, sin dudas lo seleccionaría. Es fácil de escribir y de pronunciar, es corto y, por supuesto, se graba en la mente de las personas", sostuvo. Para finalizar, Marchetti admitió que el día que tenga un hijo le colocará un nombre singular "que tenga una historia detrás, como el mío".